Ahora que los estudiantes de todo México están de regreso o están en un proceso de regresar al salón de clases, debemos de enfocarnos a que tengan éxito. Sin lugar a dudas, este regreso es una muy buena noticia para nuestro país. Todos los padres de familia nos hemos dado cuenta que nuestros hijos han sufrido un rezago en sus niveles de aprendizaje en esta pandemia. El impacto que esto tiene en nuestro desarrollo nacional es significativo. Las escuelas proporcionan algo más que sólo conocimientos académicos a los niños y adolescentes. Además de aprender a leer, escribir, matemáticas, y otros conocimientos, los estudiantes aprenden habilidades sociales y emocionales, hacen ejercicio y tienen acceso a servicios de salud mental y otros servicios de apoyo. Para muchas familias, las escuelas son donde los niños obtienen comidas saludables, acceso a Internet y otros servicios vitales.

En este momento hay dos temas que debemos atender en paralelo y con efectividad:

El primero es hacer una evaluación nacional para saber exactamente cómo está el nivel de aprendizaje de nuestros niños y jóvenes. En función de estos resultados, debemos de establecer un programa de recuperación de los aprendizajes rezagados. Esto es particularmente retador porque al mismo tiempo que esto ocurre, deben de ir avanzando en sus respectivos grados normales. Una parte indispensable en este proceso va a ser tener un apoyo efectivo con herramientas y metodologías probadas para nuestros docentes. La preparación es crítica.

El segundo es asegurar que el regreso a clases es exitoso en cuidar la salud de todos, estudiantes, docentes y familiares. Aquí hay muchos aprendizajes valiosos de lo que se ha hecho en otros países que ya han estado en clases presenciales por muchos meses. Algunos de las acciones que han funcionado:

El uso de tapabocas. Cuando se ajustan bien y se usan de manera correcta y consistente, los tapabocas son la manera más efectiva de evitar contagios. Además, se pueden usar durante largos períodos de tiempo, como durante el día escolar.

La sana distancia. Si bien el uso de tapabocas es indispensable, acompañado de una estrategia de sana distancia según las realidades de cada colegio, ayuda a prevenir contagios.

Utilizar espacios al aire libre. Cuando sea posible, las escuelas deben usar espacios al aire libre y espacios no utilizados para la instrucción y las comidas para ayudar con el distanciamiento.

Protocolos de las aulas. Para ayudar a limitar la interacción de los estudiantes fuera del aula, las escuelas deben considerar:

Hacer que los maestros se muevan entre las aulas, si es posible, en lugar de que los estudiantes llenen los pasillos durante los períodos de paso.

Permitir que los estudiantes coman almuerzos en sus escritorios o en grupos pequeños al aire libre en lugar de en comedores llenos de gente.

Dejar las puertas y ventanas del aula abiertas para ayudar a la ventilación.

Protocolo de pruebas. Es indispensable tener una estrategia de aplicar pruebas para detectar contagios e implementar estrategias de cuarentena con efectividad.

Salud física y apoyo emocional: Las instituciones deben estar preparada para apoyar una amplia gama de necesidades de salud física y mental durante la pandemia.

Limpieza, desinfección e higiene. Las escuelas deben tener protocolos estrictos para limpiar y desinfectar adecuadamente las aulas y las áreas comunes.

Es momento de sumar esfuerzos por el bien de la educación de nuestros niños y jóvenes. Docentes, padres de familia, autoridades educativas, funcionarios de las instituciones y la sociedad en general podemos construir juntos. La tarea es titánica, pero con el involucramiento de todos podremos lograr que este regreso a clases sea exitoso y nos ayude a ir dejando atrás uno de los efectos más nocivos de esta pandemia.

@LuisEDuran2
Director General de Strategy Primus y Presidente del Comité de Difusión de la COPARMEX 

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