“No deberían existir fronteras para el esfuerzo humano”

Tienes un pequeño negocio, un changarro de sudor, de sangre y de lágrimas, un trabajo que fue tu sueño durante mucho tiempo, lo pensaste y te atreviste: independizarse de un jefe prepotente, de una oficina que nunca valoró lo que representaste para la empresa…

Hará unos tres años que emprendiste tu sueño, vendes ropa que consigues en la capital a un buen precio y, en algunos casos, sacas el doble de tu inversión, te va bien, muy bien, ha valido la pena tanto esfuerzo, te va tan bien que ya estás construyendo tu casa después de tantas penurias.

Compraste ese terreno, aún lo pagas pero no es tuyo, lo lograste solo, ningún gobierno te apoyó sino que más bien siempre fue un lastre, te pedían de todo y de todo había que pagar, libraste extorsiones, supiste moverte, ¡felicidades!

Pero, algo está mal desde hace unos días, las ventas se fueron al suelo, no se paran ni las moscas en tu local, la gente no sale, tiene miedo y, de alguna forma, tú también tienes miedo.

Libraste al narco, sí, al que te cobra un derecho de piso que sorteaste pese a tus impuestos, a tus permisos y a tu doble tributación.

Libraste el precio del dólar que fluctúa mucho con los proveedores con los que consigues la ropa que vendes, que vendías…

Libraste la pequeña nómina de tus dos empleados y lo que pagas a tu contador, libraste los cobros de luz que te llegaron muy altos sin ningún sentido pero, al final, pagaste, libraste al inspector del municipio que te quiso extorsionar, por lo que pagaste un abogado porque te niegas a darle un moche que, al final, lo sabes bien, te salía mucho más barato.

Lo libraste todo, vas muy bien, pese a la adversidad reportas ganancias modestas que le dan de comer y de vestir y de vivir a tu familia. La verdad, valió la pena tanto sacrificio.

Pero algo pasa, desde hace días nadie te compra, mañana es viernes y tu pequeña nómina se convierte en una pérdida.

Esto no puede seguir así, porque la verdad es que vives al día, de días muy buenos que compensan los días muy malos.

Pero esta semana, toda, fue demasiado mala y todos tienen miedo, tú tienes miedo, todos compran gel antibacterial, papel de baño, alimentos enlatados, parece que tu local es un fantasma, pareces invisible… ¿cuánto más podrás aguantar?

Decretarán el cierre de tu negocio en unos días más, da igual, nadie te ha comprado ya, ¿cuánto más podrás aguantar?, tienes ahorros pero también tienes muchos pagos, ¿cuánto más podrás aguantar?, ¿quince días?, ¿un mes?.

Cerraste, quebraste y no hay trabajo. Tu esfuerzo valió mucho pero sientes que todo fue en vano… No esperes ayuda del gobierno, no va a llegar.

Ni modo, a empezar de cero, a construir de la nada otra vez.

DE COLOFÓN

El cristiano y humanista gobierno de López no considera ningún apoyo para los micro y pequeños empresarios. Suerte.

@LuisCardenasMX

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