Decenas de miles de seres humanos comienzan a concentrarse en el norte de la República, Ciudad Acuña , en Coahuila, es ya algo parecido a un gueto sudamericano, miles de migrantes , particularmente haitianos, esperan la oportunidad de cruzar hacia los Estados Unidos con todo y el riesgo de ser rechazados a punta de latigazos por la border patrol o, en el peor de los casos, ser detenidos y deportados de nueva cuenta al infierno del que escaparon.

“Solo voy con mi pena / sola va mi condena / correr es mi destino /”
-Manu Chao

El drama de la migración desde hace mucho se advertía como una bomba que estallaría en el rostro del Estado, para nuestro presidente fue muy fácil decir que a todo el mundo se le recibiría con los brazos abiertos. López Obrador , en su evidente ignorancia, llegó incluso a ofrecer empleos para todos los migrantes que arribasen a México.

Una cosa es ser borracho y otra cantinero, la realidad cerró el pico de nuestro presidente y le mostró, en cambio, un lacerante cuadro: miles y miles de seres humanos que quieren una oportunidad de vida frente a la incapacidad e incompetencia para poder brindar una solución que se aleje de las simples ocurrencias.

El plan de la 4T es una carta a Santa Claus de corte esquizofrénico. El presidente escupe al gobierno yanqui con su compulsividad y majadería diplomática para luego rogarle al mismo gobierno que le patrocine el programa “ Sembrando Vidas ” en Centroamérica , vendiéndose como la panacea para detener el flujo de los migrantes.

Puede, sin embargo, que López Obrador tenga razón: la única forma de frenar el flujo masivo de seres humanos es atacando la raíz del problema y eso pasa, necesariamente, por la generación de democracia, estado de derecho y riqueza en las regiones que los obligan a huir.

Sembrando Vidas no solucionará nada, en eso el presidente peca de megalómano. Una inversión multimillonaria, transparente y diversificada será, en el largo plazo, una gran oportunidad para el desarrollo de la región.

Pero, siendo realistas, esos miles de millones de dólares no llegarán pronto y, aún cuando lleguen, pasarán años, décadas quizá, antes de palpar resultados, ¿entonces, qué hacemos en el corto plazo?

Claramente, no hay ninguna estrategia , nadie piensa en el diseño de comunidades y en la búsqueda de oportunidades frente a la tragedia, más bien dejamos que la bola de nieve crezca hasta que, de alguna forma, por arte de magia, todo se resuelva solo.

No va a pasar. Es hora de hacernos a la idea de que muchos de esos migrantes terminarán en nuestro territorio, ¿qué haremos con ellos?

DE COLOFÓN

.— La terquedad del presidente, aunque poco, amainó para bien de todos: que siempre sí vacunarán a un millón de niños con comorbilidades. ¡Enhorabuena!

@LuisCardenasMX