Era un velorio en San José de Gracia, Michoacán, vemos varios hombres contra la pared, tienen las manos levantadas, frente a ellos varios sicarios se mueven entre camionetas estacionadas, uno trae un rifle de alto calibre. Suenan los disparos y la cámara pierde el objetivo. Polvareda. Se corta el video. Fueron fusilados o, como dice el gobierno, quizá solo cayeron al suelo y se escaparon corriendo de la metralla, ¿cómo explicar que no hay cuerpos?, ni modo que en el país desaparezcan los cadáveres… En el mundo de los otros datos todo encuentra justificación.

“La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeos”
-Honoré de Balzac.
 

Ayer, frente al video del fusilamiento, el presidente volvió a atacar a los medios, poco habló del dolor de las víctimas y de la violencia extrema , más bien, fiel a su estilo, se extrañó de que el tema fuese el titular en el periódico Reforma o de que el diario El País le hubiese dado amplia cobertura, parecía como si no hubiese visto el video que se viralizó en las redes, claramente no entendía el contexto de la tragedia y apenas atinó a decir, “ojalá que no sea cierto”, apostando por una especie de montaje mediático debido a que solo había, dijo, casquillos, sangre y restos humanos, pero no los cuerpos.

Y más tarde, la necia realidad que frustra a López Obrador : primero un video que muestra enfrentamientos entre grupos armados, al parecer, antes del fusilamiento, luego otro donde pueden verse claramente dos cuerpos apilados en una camioneta y un tercero narrado por un joven anónimo que proyecta, literalmente, un río de sangre en las calles de San José de Gracia.

En 2021, Michoacán registró, oficialmente, 2,732 asesinatos de los 33,308 que enlutaron al país en la guerra que López Obrador insiste en minimizar, la cifra, evidentemente, no incluye a los miles de restos no identificados en las fosas clandestinas que brotan en cada rincón de los pueblos azotados por el recrudecimiento de la violencia que ha provocado el Cártel Jalisco Nueva Generación intentando hacerse del control hegemónico de la mafia de narcos, tratantes de personas y armas.

Mientras tanto, la militarización del país continúa repitiendo y agrandando los errores que cometieron administraciones anteriores, los soldados no han podido apagar el fuego en ningún sitio y el infierno de la violencia simplemente encuentra nuevas sedes todos los días.

Frente a una realidad que lo rebasa, el presidente solo atina a repetir sus frases trilladas, se arrebuja en los “abrazos, no balazos” y se engaña a sí mismo, parece que ya a nadie más, pensando que sus programas sociales dan oportunidades a jóvenes que, en la realidad, terminan engrosando las filas del sicariato y de las estadísticas de asesinatos .

Ojalá que no fuera cierto, pero sí lo es.

DE COLOFÓN

.- Hay que reconocer que los radicales de la 4T se han contenido en mostrar su apoyo incondicional al régimen de Putin frente al conflicto ucraniano en el mal entendido de que una postura así representa un antagonismo a los yanquis. Alguien debió leerles la cartilla frente a lo delicado de la situación y se han portado bien.

Y todavía faltan 944 días para que termine el sexenio.

@LuisCardenasMX