La historia será muy severa con la 4T por el manejo de la pandemia, López Obrador pasará a los libros como un gobernante pánfilo que negó la gravedad de la crisis aún cuando ésta le reventó en la nariz, que impertérrito prefirió las soluciones mágicas del trébol y las estampitas en la era de las vacunas por ARN, ocupará un lugar deshonroso junto a Donald Trump , junto a Bolsonaro, junto a los mandatarios que apostaron al oscurantismo del siglo XXI, que desecharon el cubrebocas y que minimizaron como “una gripita” la más grave pandemia en los últimos cien años. Nuestro presidente será uno más entre los negacionistas.

“Hay bienes, que por mal vienen”

Para cuando eso pase, de aquí a muchos años, es probable que varios de los responsables por la política criminal del gobierno mexicano en el manejo de la pandemia estarán muertos ya, sobre su nombre pesarán cientos de miles de vidas que pudieron salvarse de haber hecho caso a la ciencia… La historia juzgará.

Empero, para la sentencia histórica, el presidente arrastrará con un tándem pesadísimo llamado Hugo López-Gatell, el “científico” que justifica todos los caprichos paridos de la necedad en Palacio, el hombre que optó por desechar su prestigio en pos de la oportunidad por sentir, aunque sea brevemente, la caricia del poder.

Mientras el mundo se prepara para una vacuna, México construye una barrera burocrática para justificar su incapacidad de proveerla a una población cada vez más lastimada ante un gobierno que la abandonó.

Es increíble que aceptemos la validez de otras naciones a medicamentos de calidad cuestionable para nuestros enfermos de cáncer y, al mismo tiempo, pongamos pretextos, usando un argumento contrario, a la aplicación de las vacunas por las que el planeta comienza a trazar una ruta de renovación.

De entrada, no queda muy claro siquiera si tenemos el recurso pensado y programado para la compra de la vacuna. Destruimos fideicomisos para gastarnos el recurso en gasto corriente, nos prometen que todo estará garantizado sin garantía alguna de absolutamente nada, salvo, claro, la fe.

Aquí la fe se convierte en la moneda de cambio, si te enfermas habrá que rezar, rezar ahora y rezar aún cuando veamos cómo se va inmunizando poco a poco la humanidad mientras nuestro pueblo deberá contentarse con la palabra desbordada del diario. Aquí nos cura, onanista, la fuerza moral.

Total, quién se tenga que morir se tendrá que morir. El sino está marcado para nuestra tierra, los dioses han hablado, ¡hágase un sacrificio del axioma y prepárese la próxima rifa!

La historia juzgará.

De Colofón

La iniciativa privada se ha visto lenta para organizar apoyos a los hermanos de Chiapas y Tabasco, el presidente no se moja porque, dice, puede enfermarse. ¿Cuál es el pretexto de la oposición?


@LuisCardenasMX

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