La fiscalía capitalina investiga el robo de 37,956 piezas de medicamentos oncológicos en las bodegas de distribución de Novag, en Iztapalapa, acontecido el pasado 7 octubre.

“Eres más inútil que un condón
en un convento”
Darius Kincaid.

Van muy lentos y dada la tardanza en las investigaciones, quizá sería una buena idea pedir apoyo a la FGR y, particularmente, a sus pares en Michoacán y Jalisco, donde se reporta un incremento del mercado negro en la venta de este tipo de productos bajo la operación del Cártel Jalisco Nueva Generación.

La ineptitud y negligencia en el manejo de la compra y distribución de medicamentos ha desbocado en una oportunidad de oro para los grupos criminales, en mayo del año pasado un comando armado se llevó más de 270 mil pesos de medicamento de un hospital del IMSS en Hermosillo, algunas de las sustancias tenían la finalidad de ser usadas para la fabricación de drogas, pero otras, simplemente, terminaron en la reventa a altos precios dado el desabasto generalizado.

De acuerdo a voces autorizadas en el tema, de las que reservamos sus nombres, el asunto del robo en Iztapalapa apunta a una desorganización escandalosa ante la desesperación del gobierno por adquirir medicamentos fuera del mercado nacional con la intención de cobrar facturas políticas. Gana el resquemor sobre la salud y la vida de los mexicanos, nada nuevo en la 4T.

Las piezas médicas, procedentes de la argentina Kemex, no contaban aún con registro autorizado de la Cofepris y a pesar de ello fueron compradas, lo más extraño es que técnicamente Novag, fabricante de productos genéricos y OTC’s, así como representante de Nestlé y Claris (de acuerdo a su sitio web), no tendría la facultad legal para almacenar dichos productos sin registro sanitario y éstos deberían permanecer bajo resguardo del gobierno federal, al menos hasta cumplir con su certificación, ¿entonces, por qué los almacenaron ahí?

En el mercado farmacéutico se habla de la cercanía de Novag con algunos actores clave de la 4T en materia de salud, se les señala de fungir como una especie de broker o enlace con otros laboratorios en el mundo para concretar la compra para el gobierno mexicano.

Como sea, la argentina Kemex no parece ser la mejor opción dada la capacidad que tenemos en los laboratorios mexicanos para producir medicinas de calidad y a precios mucho más competitivos, un ejemplo: en marzo de este año, la ciclofosfamida de 1g de Kemex tuvo que ser retirada del mercado argentino por su ministerio de Salud al presentar: “un cambio en la coloración del polvo liofilizado que al reconstituirlo precipita y se torna turbio”.

Dijo ayer el presidente que el asunto “estaba muy raro” y sí, con toda razón, la tardanza en la alerta sanitaria, dado el desabasto que sufrimos, apunta a pensar que alguien tuvo la intención de quedarse callado durante un buen rato con una intención, francamente, criminal… ¿quién?

Esas medicinas aparecerán en las casas de familias que están desesperadas por un medicamento para sus seres amados. ¿alguien pagará por ello o será otro daño colateral de la mentada transformación?

De Colofón

Un exsubsecretario en alianza estratégica con un conocido y extranjero operador de bots y mensajes de odio en las redes, dicen que fundaron una consultoría y que se preparan para armar guerras sucias al mejor postor.


@LuisCardenasMX

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