José Antonio Meade fue un buen funcionario público, pero un pésimo candidato presidencial; quizá más por factores externos que por sus propias decisiones, las mismas que nunca le dejaron tomar.

Meade tuvo que verse entre el candidato “ciudadano”, pero también como el “ciudadano” que tenía que convencer a las viejas y apestadas huestes del PRI para que lo hicieran suyo, era un argumento ridículo, casi beodo: Soy el mejor candidato del PRI porque no soy priista, pero al mismo tiempo me apoyan todos los priistas… Y el resultado fue un desastre.

Meade no le debe ya nada, al menos políticamente, al expresidente Peña Nieto, es más, sin él y sin las presiones para que su campaña se convirtiera en una máquina de boñiga contra el candidato Ricardo Anaya, es muy seguro que hubiera obtenido mejores resultados, una derrota sí, pero un tanto menos humillante.

Copio, textual, el numeral IV de la resolución del Juez de Control, Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, que puso a Rosario Robles en prisión a la espera de su proceso y de, seguramente, de los nuevos que le caerán encima en los próximos días: “Por lo expuesto en audiencia, se requirió a la fiscalía federal, con el objeto de determinar si se inicia una investigación en contra de José Antonio Meade Kuribreña, por las mismas razones imputadas”.

Tan pronto como el viernes, podría resolverse iniciar una carpeta contra el excandidato presidencial, extitular de Sedesol, sucesor de Rosario Robles y exministro de Hacienda y de la Cancillería. Sería una verdadera lástima ver una gran carrera política, construida con la imagen de un hombre honesto, tirada al caño por guardar silencio.

Claramente, José Antonio Meade sabía todo lo que pasó con la Estafa Maestra. Hasta donde es sabido públicamente, denunció los hechos pero no sabemos cuál fue el seguimiento que dio más allá de algunas declaraciones más bien políticas.

Será muy difícil creerle a Meade y a González Anaya que ya tenían agendada una visita con el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, para hablar, sin chilaquiles, de temas meramente económicos justo el mismo día en que Rosario Robles ingresó a prisión, aunque eso es ya lo de menos.

El documento clave será el acta de entrega recepción que incluye copias de las observaciones realizadas por la Auditoría Superior de la Federación. A partir de ahí habrá varios caminos que pueden seguirse en el futuro del hoy miembro del Consejo de Administración de HSBC.

Aunque hay un asunto a destacar de todo esto: Meade es más amigo de AMLO que Rosario Robles, eso que ni que… Digo, solo por apuntar el dato.

¿Y Emilio Zebadúa?, ¡relajao, relajao, relajao!

DE COLOFÓN.— Todos los caminos apuntan a España… Ojalá que factores externos no adelanten el ocaso de la luna de miel.

@LuisCardenasMX

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