Seguro que ya se sabe la historia, un tipo va saliendo de un centro comercial en Tabasco, el oficial de seguridad le pide colocarse el cubrebocas y el hombre estalla en argumentos conspiranoicos, que todo es una “plandemia”, que el estado quiere controlarnos, que él no se pondrá un bozal, que ni el presidente usa cubrebocas…

“Cuando un dedo apunta al cielo, el tonto mira al dedo”

Audrey Tautou.

 

Y seguro que, también, ya leyó opiniones y comentarios que culpan a López Obrador del mal ejemplo, que hablan de la irresponsabilidad del gobierno en el manejo de la pandemia y un larguísimo etcétera.

Es cierto, el presidente y su gobierno son un pésimo ejemplo para el mundo en el control la Covid 19 , estamos en el tercer lugar de muertes global y, seguramente, la cifra es mucho más aterradora pero, como aquí no hacemos pruebas porque confiamos más en la fuerza moral, la cosa quedará en incógnita para la historia.

También es cierto que, con toda la aprobación que López Obrador carga, la gente, al menos la mayoría, no parece hacerle caso en el tema de la pandemia, casi todo mundo usamos cubrebocas y nos cuidamos, un poco como Dios nos da a entender y un poco como realmente deberíamos de hacerlo. Los mexicanos somos más inteligentes que el argumento maromero de la Cuarta.

Sin embargo, el tipo que hoy es célebremente conocido como #LordEsMiCuerpo , también se vuelve un representante de millones de personas en el mundo con tal desconfianza en su entorno que optan por las teorías conspiranoicas, que apuestan a que todo esto de la Covid, enfermos y muertos incluidos, no es más que una treta de los dueños del mundo para controlar “algo”, desde la economía, los pactos intergalácticos, ejércitos de cyborgs o hasta, como dice Paty Navidad, el cerebro ¡y la vida! de manera remota.

Ninguno de los argumentos, o de los “raciocinios”, soportan la más mínima prueba de la ciencia, pero eso no importa mucho, siempre será más atractiva, mucho más sexy, una enredada explicación que incluya “malos” y “buenos” que la jodida realidad que se nos impone.

Es un hecho que no tenemos ni tendremos una vacuna efectiva para el mundo durante varios meses más, es probable, en los escenarios más pesimistas, que incluso con vacuna no consigamos la inmunidad requerida y tengamos que acostumbrarnos durante un buen tiempo, quizá unos años más, a esta “nueva normalidad”.

Sin embargo, la Covid 19 ha traspasado el umbral del miedo social, en el mundo se le ha ido perdiendo respeto a las medidas de contención, la pragmática economía se impone ante la moderada recomendación sanitaria y, como consecuencia, se va gestando un movimiento mundial en contra de la ciencia, los antivacunas terminan amasios de los anticubrebocas, pasa en Europa, pasa menos en Asia y, por supuesto, pasa en también en México.

El domingo pasado un puñado de personas, quizá menos de 50, se concentraron frente al Ángel de la Independencia para protestar contra la dictadura de los bata blancas, para ellos, seguramente, el tipo de Tabasco es una especie de inspiración.

Veremos más como él en los próximos días, nadie aprende desgracias en cabeza ajena y solo los que han sufrido la enfermedad saben, bien a bien, que esto es algo serio.

Hoy aún son minoría, sin embargo las manifestaciones de España o Berlín empiezan a cobrar fuerza y esto es lo más jodido del asunto: los antivacunas y los anticubrebocas son, también, carne fresca y útil para el populismo… ¿Cuándo llegarán los candidatos pro conspiración?

¡Qué tiempos nos ha tocado vivir!, tenemos toda la información al alcance de nuestros pulgares pero también, sin duda, construímos una de las etapas más imbéciles en la historia de la humanidad.

De Colofón

Lo bueno es que hay separación de poderes, el hecho de que el TEPJF validará las mañaneras en pleno periodo electoral es una decisión que viene del abstruso entendimiento jurídico… ¡No vaya usted a creer que fue presión del presidente!

@LuisCardenasMX

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