Si Trump aún hubiera tenido activa su cuenta de Twitter , me pregunto si algo habría escrito mientras se alejaba, tal vez para siempre, de la Casa Blanca , ¿cuál hubiera sido el último mensaje de un hombre herido de muerte en su ego?, ¿cuál la emoción de quien tuvo el poder suficiente para desmoronar el concepto democrático en el planeta y que ahora, empequeñecido, arrebujado en sus resquemores no le quedaba más que tragarse la derrota?

“La política no siempre debe ser incendiaria”. 

J. Biden. 

Ayer partió del poder un dictador en potencia, un autócrata, un líder bananero de poca monta que se convirtió en el hombre más importante del planeta por cuatro años.

¡Enhorabuena por el ocaso de Trump! pero, cuidado, con el fin de su administración no muere el trumpismo, más de 70 millones de norteamericanos creyeron en él, no es poca cosa, es casi el padrón electoral mexicano en su totalidad, más de 70 millones de seres humanos en los Estados Unidos consideran que el escándalo, la grosería, la ignorancia, el insulto, la charlatanería, la censura, la omisión del otro, el odio, la violencia y la sinvergüenza deberían de ser los pilares de un Estado.

Y tienen razón en su odiar, la mayoría que votó por Trump proviene de estratos marginados en los Estados Unidos, la nación más rica del mundo tiene también gente muriendo de hambre a causa del capitalismo salvaje, de las ganancias sin medida, de la cosificación de los seres humanos para volvernos máquinas de consumo.

Sin seguridad social, sin trabajo, sin comida, sin posibilidad de un futuro, son millones a los que se les negó la posibilidad de salir avante y se les castiga por ello, como si la podredumbre en la que se desenvuelven fuese sólo su responsabilidad… ¡Claro que están encabronados!

El neoliberalismo salvaje los vio como nada, una bicoca poblacional, un margen de error y el error lo tuvieron esos capitalistas que no repararon en la desigualdad que su sistema provocaba, de pronto no dieron los números: resultó que los menesterosos sumaban mayoría.

¿Cómo puedes exigirle a quien se le ha jodido la vida que sea racional?, ¿cómo puedes reprochar un voto visceral a quien le negaste educación de calidad?, ¿cómo puedes echarle en cara la falta de conciencia sobre el calentamiento global a alguien que perdió su trabajo de una industria contaminante y quedó en la ruina?

Sí, la política no debe ser incendiaria, pero entonces no deberías llenar el país de gasolina esperando que un simple chispazo lo consuma todo, dejándote apenas con las brasas de tus principios democráticos.

Ojalá que vuelva la decencia y eso comienza con entender al otro y estrechar su mano.

De Colofón

López Obrador hizo un doxing al acusar públicamente y, para colmo, falsamente, a un ejecutivo de Twitter de ser panista. La ley debería sancionar o, simplemente, en México debería volver la decencia.

@LuisCardenasMX

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