Me pongo a hojear los anuncios con fotografías en blanco y negro que vienen al final de la guía Your Mexican Holiday: A Modern Guide, de Anita Brenner (1947), con mapas e ilustraciones hechas por Carlos Mérida, José Garduño y Robert Winslow. Al ver las fotografías se siente una nostalgia de un México que para bien o para mal, hoy es diferente. Me detengo un buen rato admirando al volcán Paricutín* en uno de los avisos publicitarios que lo muestra a lo lejos, exhalando una fumarola gigante que sube cientos de metros contra un cielo limpio que empequeñece al casi recién nacido y todavía más a un par de personajes con sombrero y montados en burros, en primer plano, en un campo listo para barbechar. La imagen es cortesía del Hotel Virrey de Mendoza de Morelia y de la Posada Don Vasco de Quiroga de Pátzcuaro, ambos siguen funcionando. El nombre del fotógrafo no aparece, si bien se sabe que el registro se lo debemos a Hugo Brehme (1943). Aprecio más anuncios, cortesía de otros albergues con imágenes de Taxco, Acapulco, Guanajuato, Cuernavaca, la pirámide de Chichen Itzá, y un larguísimo etcétera. En verdad resulta bastante entretenido y no deja de sorprenderme.

Guías de Forasteros y de Turistas para México
Guías de Forasteros y de Turistas para México

Al correr de los años he ido comprando otras guías, la más antigua es El viajero en México: guía completa de forasteros (1864), que incluye dos litografías de página completa de Fernando Maximiliano de Austria, electo Emperador de México y Carlota Amalia, su augusta esposa. El documento refrenda que es una obra útil a toda clase de personas. Otra es la Campbell’s New Revised Complete Guide and Descriptive Book of México (1907), en cuyo frontispicio aparece la fotografía y firma de Porfirio Díaz, su propietaria original Mrs. S.M Swartz le pegó en la primera de forros un recorte de periódico en inglés con la noticia que la Ciudad de México tuvo su primera nevada en 50 años, a lápiz consigna “Feb 17/07 we were there” (ahí estuvimos) y su nombre, en el interior de la tercera de forros pega un recorte con la leyenda de la Virgen de Guadalupe en inglés y un mapa plegado de la República Mexicana, los interiores integran un sinnúmero de fotografías, estampas y dibujos de época muy interesantes.

Guías de Forasteros y de Turistas para México
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De las guías que poseo, mis preferidas son de Frances Toor, en particular: Guide to México, with Maps and Photographs (impresa por Robert M. McBride & Company, Nueva York, 1936, primera edición). Ofrece rutas de cómo llegar a México desde Estados Unidos; ya sea por ferrocarril saliendo de Los Ángeles, cruzando la frontera por Nogales o El Paso, y proporciona más detalles, pues afirma que en nuestro país los boletos pueden ser de clases diferentes: primera o segunda, esta última costando la mitad de la tarifa, aunque con incomodidades. Afirma que, tratándose de viajes cortos, y si los vagones no van repletos, la experiencia es interesante y no está del todo mal. Otro medio es el marítimo, hay vapores y líneas que se pueden utilizar tanto del lado del Pacífico como del Atlántico; por aire, saliendo de Los Ángeles con escalas en la costa oeste de México, también desde Brownsville y El Paso, Texas; otra ruta es de la Florida a Cuba y de ahí a Mérida por Pan American Airways.

Guías de Forasteros y de Turistas para México
Guías de Forasteros y de Turistas para México

Por automóvil menciona que se pueden emprender viajes agradables, subrayando que el encanto de México reside en que está en un estado “primitivo” (no se nos olvide que la guía es de 1936) en cuanto a carreteras para circular. Sigue siendo una tierra de a pie y de senderos para burro, las autopistas se han desarrollado en años recientes con un programa de gobierno para construir nuevos caminos que se están haciendo a gran velocidad y los cambios se están efectuando rápidamente. Da varios consejos a los motoristas con más experiencia y advierte a

los amateurs, como ella les dice, de tener cuidado, además para llegar a la Ciudad de México hay que desplazarse por la Carretera Panamericana que viene desde Laredo, Texas.

Guías de Forasteros y de Turistas para México
Guías de Forasteros y de Turistas para México

La guía está muy completa, trae donde poder estudiar y comprar un sin fin de cosas, desde antigüedades pasando por las mexican curiosities, y terminando en zapatos con una lista grande de comercios, así como dónde hospedarse con una buena selección de hoteles y posadas, más un calendario de fiestas tradicionales.

Estas guías junto con otras publicaciones son trabajo de Francis Weinberg Toor (1890-1956), mejor conocida como Frances Toor, autora americana de origen judío, antropóloga, etnógrafa y editora que llegó a México en 1922 como estudiante de verano de la Universidad Nacional Autónoma de México (las clases se impartían en la Casa de Mascarones, en la avenida Rivera de San Cosme); le gustó tanto nuestro país que aquí se instaló para escribir mayormente sobre México y las culturas indígenas, contaba con una licenciatura y una maestría de la Universidad de California en Berkeley. En la época cuando Toor llega, la Ciudad de México es un imán para idealistas, bohemios, fanáticos, intelectuales y visionarios quienes al terminar la Revolución

Mexicana visitan y viven en nuestro país, tal es el caso de los activistas Bertram y Ella Wolf, el periodista Carleton Beals, la fotógrafa Tina Modotti, el pintor Jean Charlot, entre otros.

En 1925 Frances comienza una publicación bimestral en la revista Mexican Folkways –que se haría trimestral más adelante hasta su último número en 1937–, editando tres números especiales sobre Diego Rivera, José Guadalupe Posada y Artes Populares; Charlot diseñó algunas portadas y cuando se fue Rivera ocupó su lugar (Diego le hace el ex libris a Paca Toor, como él la llamaba), también colaboran Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Tina Modotti.

Frances Toor viajó por muchos sitios de nuestro país en burro, caballo, ferrocarril, avión y en automóvil, haciendo un registro de rituales, fiestas, música, ceremonias, creencias, arte popular y costumbres; hizo unas guías turísticas valiosísimas que vale la pena revisar por la información que contienen, además de guías para automovilistas (Motoring Guide to México, 1938), Guía de Artes Populares Mexicanas (Mexican Popular Arts, 1939), Español para tu visita a México (Spanish for your Mexican Visit, 1935). Un libro para mi gusto muy importante es Treasury of Mexican Folkways con Crown Publishers, New York, 1947, una enciclopedia sobre México ilustrada con 10 láminas a color y 100 dibujos de Carlos Mérida, además de 170 fotografías, que sería conveniente se imprimiera en español. No hay que olvidar la revista bilingüe Mexican Folkways. Todos estos libros y revistas se pueden comprar de segunda mano en librerías de viejo, en eBay, Mercado Libre, mercados de pulgas o en subastas, no son caros y existe la oportunidad de hacer una colección que bien vale la pena tener para un domingo por la tarde entretenerse y aprender.

Guías de Forasteros y de Turistas para México
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Frances Toor fue condecorada con el Águila Azteca, máximo galardón que se otorga a los extranjeros en México, murió de peritonitis el 16 de junio de 1956 en el hospital Monte Sinaí de Nueva York, después de un viaje a Roma (sus libros sobre Italia se publicaron después de su muerte), también publicó volúmenes sobre Perú, pero no pudo ya volver a México.

*El 20 de febrero de 1943, Dionisio Pulido trabajaba su parcela en el llano de Quitzoco cuando de improviso comenzó a temblar, la tierra se fracturó y filtraba emanaciones de vapor espeso, emitía tronidos tremendos y aventaba piedras. Era el parto de un volcán que se llamaría como uno de los poblados que sepultaría su lava: Paricutín, en purépecha: “lugar al otro lado”. Muerto de miedo avisó a todos en el pueblo para que se pusieran a buen resguardo. La duración de la actividad de este volcán fue de 9 años, 11 días y 10 horas. La lava recorrió unos 10 kilómetros. Por fortuna no hubo muertes que lamentar. El volcán sepultó los poblados de Paricutín y San Juan Parangaricutiro, de este último se asoma la torre de la Iglesia entre la piedra volcánica. Este nacimiento tendría su tlacuilo-vulcanólogo Gerardo Murillo “Dr. Atl” (1875-1964), quien editaría sus observaciones: Cómo nace y crece un volcán: el Paricutín, 1943; impreso en 1950.

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