El paquete de reformas en materia electoral presentado en días pasados por el gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado; está lleno de insensateces, tantas, que se confirma el mal oficio que ha caracterizado al gobierno de Corral desde que empezó su gobierno. Pretender que una norma estatal pase por encima de una federal, con la evidente inconstitucionalidad del tema; ajustar el número de regidores en los municipios sin considerar la densidad poblacional; imponer un método de elecciones primarias sumamente caro a los chihuahuenses en los tiempos donde el dinero público es necesario para temas de salud y programas sociales y con esto coartar el derecho de votar y ser votado a aquellos ciudadanos que quieran participar por partidos políticos, pero sobre todo de manera independiente, son pruebas de que la cordura no habita en Palacio de Gobierno y solo queda el sectarismo, el protagonismo político y sobre todo, el hambre de poder por encima de sus gobernados, al más puro estilo de César Duarte, su predecesor.

Y hasta parece coincidencia, pero a la cordura se le ocurrió extraviarse “justo” en medio de la pandemia más compleja que vivimos en el país y el mundo entero, y no solo eso, “justo” en el momento en el que país libra una batalla campal en temas de salud y seguridad. Corral en Chihuahua pretende usar la distracción de la ciudadanía, al viejo estilo priista que tanto cuestionó, para pasar desapercibida una reforma electoral e imponer a su candidato y de pasada a uno o más de otros partidos; sin ser percibido por el electorado chihuahuense. Vaya coincidencias.

En resumen, la reforma de Corral pretende la reducción de regidores a solo dos, sin considerar la densidad poblacional, para poder negociar con aquellos que se crean la mayoría y quieran dominar el espectro político de los municipios chihuahuenses en el bipartidismo obligado. De acuerdo al INEGI, Ciudad Juárez tiene casi un millón y medio de habitantes, Chihuahua capital cuenta con 867 mil; a pesar de esta diferencia, casi de dos a uno, la reforma propone el mismo número de regidores para las dos ciudades. De aprobarse, la representatividad, simple y llanamente, no existiría. ¿Y la democracia?, ¿y la efectividad de la participación ciudadana se verá reflejada?

La reforma a la Ley Electoral de Chihuahua propone elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que le costarán a los chihuahuenses el doble de lo que hoy cuestan las elecciones. La ciudadanía podría participar en la elección de candidatos para Gobernador y Presidente Municipal de los partidos, participarán todas las personas inscritas en la lista nominal y no sólo miembros a afiliados al partido político; se llevarán a cabo el mismo día y a la misma hora; y es obligatoria porque solo contenderán los candidatos que hayan sido elegidos en este ejercicio; y aquellos que resulten perdedores no podrán participar a ningún puesto de elección popular, inclusive de manera independiente. ¿Dónde quedó el dicho democrático que los panistas y Corral decían tener?, ¿hasta dónde pretende llegar Corral para imponer a su candidato?

Señala que será el IEE quien organizará las elecciones, por lo que también asumirá el costo de ellas. Utilizando la bandera de la vanguardia, la propuesta es onerosa y permite la manipulación del Ejecutivo estatal. El mismo secretario particular del gobernador admitió frente a legisladores que representaría un gasto “importante”, así, sin especificar el monto. Apenas un día después, del IEE reveló el “importante” número: 500 millones de pesos.

De igual forma, esta iniciativa contiene la elección de regidores a través del voto directo, y al mismo tiempo la reducción de ellos, reforma que se complementa en el Código Municipal, cuando se ha comprobado que estas elecciones solo le cuestan a la ciudadanía y genera una inmovilidad de los Ayuntamientos. Sin embargo, temas como la revocación de mandato y la reelección para estos puestos no fueron considerados, por lo que esta es sólo una simulación democrática.

“La parcialidad es el mejor homenaje que la mediocridad brinda al deterioro institucional”, dijo alguna vez Javier Corral siendo legislador en una crítica al PRI y al Partido Verde. Promisorias palabras que hoy le aplican. En ese deterioro institucional en Chihuahua hace cómplices no solo a diputados del PAN, sino también del PES, Movimiento Ciudadano, y alguno que otro de otro partido que se atreva a faltar a esa sesión de Congreso del Estado; así como consejeros electorales y magistrados que construyeron esta reforma ad hoc.

La cordura democrática está extraviada en Palacio de Gobierno de Chihuahua, quizás esta perdida en el laberinto de los intereses del gobernador, quien apunta a dos frentes: uno, tomar parte en las elecciones de 2021 y controlar las candidaturas no solo en el PAN sino en Morena. Dejar a un gobernador a modo ha sido el sueño guajiro de muchos, aquello que tanto criticó de su antecesor, Javier Corral podrá convertirlo en realidad. Y sobre todo en su ego extraviado tambien, darle más alas a sus aspiraciones guajiras a ser candidato a Presidente de la República.

“Da vergüenza ajena su capacidad de simulación y traición al pueblo de Chihuahua por su falta de valor en la lucha por la democracia en libertad...no nos vamos a doblegar; él sabrá de qué está hecho el pueblo de Chihuahua”...otra vez Corral tan promisorio señalando al gobierno Federal dicto estas palabras, pero hoy somos los chihuahuenses quienes se lo decimos a él, gran simulador y a sus diputados complices que van a votar esta autoritaria, ilegal y sectaria reforma. !No nos vamos a doblegar!

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