En las próximas semanas se aprobará en la Cámara de Diputados el paquete económico para el 2021. De autorizar los diputados la propuesta tal cual fue enviada por el Ejecutivo Federal a dicha Cámara, el presupuesto de género sufrirá una merma importante.

La lucha por garantizar que el gobierno destine recursos a programas, políticas públicas e instituciones que tienen un impacto en la agenda de género se ha dado durante muchos años, con la idea de que la igualdad no se quede en el discurso. Solía haber un proceso de análisis y discusión en el que mujeres de todas las fuerzas políticas impulsaban juntas la transversalidad del presupuesto de género y su aumento año con año.

El proyecto de Presupuesto 2021 a simple vista, aparenta un aumento del 20% para los programas que promueven la igualdad. Sin embargo, el 85% del anexo 13 donde se da dicho aumento corresponde a los programas insignia del Gobierno Federal, que carecen de reglas de operación que contribuyan a la designación de recursos en función de las necesidades de mujeres y hombres y cuyo diseño no contribuye a cerrar la brecha de desigualdad. Tal es el caso del programa de pensiones para adultos mayores, al que se estarían etiquetando casi el 50% de todos los recursos que el Estado debería destinar para promover la igualdad. Nadie se puede oponer a que personas de la tercera edad reciban un apoyo económico, sin embargo, este programa no es una política pública diseñada con perspectiva de género, ni sirve para promover el empoderamiento y desarrollo de la mujer.

Mientras tanto, en el ámbito de la salud, el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, en el proyecto de Presupuesto aparece con un recorte del 21% con respecto al presupuesto que tenía en 2019. Asimismo, el proyecto de presupuesto 2021 prevé 26% menos recursos para atender el cáncer de mama, es decir, los recursos para este fin disminuyen en una cuarta parte, 23% menos para el cáncer cervicouterino, 23% menos también para el cáncer de endometrio y 16% menos para el cáncer de ovario.

Por otro lado, hay un recorte del 60% aproximadamente a aquellos programas que inciden directamente en la igualdad, la prevención, la erradicación de la violencia y la no discriminación. El programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF) también enfrenta una reducción del 3.3% con respecto al 2019 y desaparecen las Casas de Mujeres Indígenas. Además, en cuanto a políticas que contribuyan a conciliar familia y trabajo, a la cancelación que hubo en 2019 del Programa Estancias Infantiles se suma ahora la eliminación de las Escuelas de Tiempo Completo, dejando a las madres que trabajan sin opciones para la atención y el cuidado de sus hijos.

Por aún, a pesar del aumento en la violencia contra la mujer, los subsidios para refugios de mujeres víctimas de violencia también enfrentan una disminución del 21% con respecto al 2019, al igual que las dependencias del gobierno federal encargadas de prevenir, atender y erradicar la violencia contra la mujer como CONAVIM, cuyo presupuesto se ha visto reducido en 300 millones desde el 2019.

Esto refleja una vez más, que las mujeres y la reducción de la brecha de desigualdad está lejos de ser una prioridad para el gobierno de Andrés Manuel. Ojalá la Cámara de Diputados reconsidere y corrija este grave error, pues la igualdad en el presupuesto es el punto de partida para el avance de la agenda de género.

Consultora y Directora de LIMA Diversidad e Inclusión 
@lialimon 

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