La costarricense Elizabeth Odio Benito es la segunda mujer que preside la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde que entró en funciones el 22 de mayo de 1979. Su nombramiento coincide con los 50 años de la adopción de Convención Americana de Derechos Humanos. La anterior fue la chilena Cecilia Medina quien la presidió entre 2008 y 2009.

Cecilia Medina, en su momento, sustituyó al mexicano Sergio García Ramírez, quien presidió la Corte entre 2004 y 2007 y hoy, Elizabeth Odio sustituye al mexicano Eduardo Ferrer MacGregor quien estuvo en el cargo del 2017 para acá.

Para el propio Ferrer, la llegada de Elizabeth Odio es una gran noticia “en un momento en el que se requiere de una mayor representación de las mujeres en Tribunales Internacionales”.

Elizabeth Odio llega con 80 años de edad y una vastísima experiencia en materia de derechos humanos; de derechos humanos de las mujeres y de manejo de órganos colegiados.

Ella fue antes jueza del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (1993-1998) y de la Corte Penal Internacional entre 2003 y 2012.

Junto con Gabrielle Kirk, Elizabeth Odio propuso que la violencia sexual apareciera en el Derecho Internacional como un tipo específico. Fue, asimismo, presidenta del Grupo de Trabajo de la Comisión de Derechos Humanos encargada de la redacción del Protocolo Opcional contra la Tortura.

Durante su encargo, puso especial atención en la violencia que sufren las mujeres y las niñas en los conflictos armados; en la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, la esterilización y otras formas de violencia sexual como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. En sus posturas, siempre encontró resistencia de los países del medio oriente y del Vaticano.

Coincidió poco tiempo con Fatou Bom Bensouda una mujer africana —de Gambia— que llegó a la Corte Penal como fiscal general y que marcó un hito en la institución.

Elizabeth Odio no solo ha tenido presencia en el ámbito internacional, ya que, en su país natal, fue ministra de Justicia entre 1990 y 1995; procuradora general; ministra de Medio Ambiente y Energía y vicepresidenta de la Nación de 1998 a 2002. Además, es profesora emérita de la Universidad de Costa Rica, donde fue la primera mujer profesora en la Facultad de Derecho.

Elizabeth Odio fue impulsora del Código de Familia de Costa Rica en el que se vieron reflejados no solo cambios favorables a las mujeres, sino también avances significativos en materia de derechos de niñas, niños y adolescentes.

Manuela Mesa escribió un texto sobre ella en el que dice que “conserva intacta su capacidad de conmoverse”. Un punto digno de ser resaltado. También señala que Elizabeth Odio combina la firmeza y la sensibilidad, aspectos muy importantes en la labor jurisdiccional.

“He luchado y lucharé siempre para que las sociedades sean cada vez más equitativas y justas y los hombres del mundo sean seres igualmente dignos e iguales” ha dicho. Y, en efecto, uno de los más grandes males de nuestra América Latina es la desigualdad: las brechas que no logran acortarse entre los muy ricos y los muy pobres. Elizabeth Odio cree que algún día La Tierra será un mejor lugar para vivir y que en mucho depende del trabajo que hagamos las mujeres en espacios de liderazgo.

La experiencia de esta abogada y política será clave en momentos muy complejos para la región tanto en lo político como en lo social y lo económico. Su templanza y sabiduría serán de gran utilidad para fortalecer a la Corte que, como sabemos, a pesar de sus buenos resultados, ha transitado por momentos difíciles comenzando por su propio financiamiento. Ahí tiene el primer desafío.

El inicio de la gestión de Elizabeth Odio es, sin duda, una de las buenas noticias en este naciente 2020.

Catedrática de la UNAM.
@leticia_ bonifaz

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