En los últimos días, el presidente de México ha sumado a sus antagonistas estadounidenses al gobernador de Florida, Ron De Santis. No se trata de cualquier figura. Como es probable que la confrontación crezca, vale la pena repasar quién es y qué ha hecho De Santis.

El gobernador de Florida se ha convertido en la principal figura republicana después de Donald Trump. Hubo un tiempo en el que parecía que podía incluso pelearle la candidatura del 2024. Ahora eso no está tan claro: por distintos factores, De Santis ha perdido impulso en las encuestas y favor entre los mecenas millonarios del partido conservador. No es imposible que logre regresar y cerrar la brecha con Trump, si es que decide postularse de manera formal. Pero es improbable.

Aun así, De Santis, y su manera de gobernar, ilustran el rumbo del partido republicano y uno de los estados más importantes de Estados Unidos y, quizá, más allá.

En las elecciones de medio término del 2022, De Santis ganó una holgada reelección en Florida y obtuvo una clara mayoría en el legislativo del estado. La ha utilizado para promover una agenda radical en prácticamente todos los asuntos predilectos de los márgenes más intransigentes del movimiento conservador. Ha establecido límites severos al aborto y abierto la posibilidad de que los ciudadanos puedan portar armas en público sin ningún tipo de licencia. Incluso ha coqueteado con la posibilidad de reducir la edad mínima para comprar armas de guerra de 21 a 18 años (esto, a pesar de que Estados Unidos se dirige a un año récord en tiroteos masivos).

En los últimos días, sin embargo, De Santis ha ido mucho más allá. Con el apoyo de sus legisladores, aprobó una ley antiinmigrante de enorme severidad, que vuelve a Florida un estado abiertamente hostil para los indocumentados. Las consecuencias fueron inmediatas. En los días posteriores a la aprobación de la ley, los campos de Florida, que dependen de la mano de obra inmigrante, registraron una alarmante ausencia de mano de obra. Lo mismo ocurrió en la construcción. De Santis ha hundido en el terror a una comunidad fundamental para la subsistencia de su estado y para la producción de alimentos de primer orden en el país y hasta el mundo.

Es enteramente posible que De Santis haya, como se dice en una frase muy precisa en inglés, “mordido más de lo que puede masticar”. Si la economía registra un alza de precios, por las medidas de De Santis, en los muchos productos que provienen de Florida, su proyecto político podría descarrilar.

Si eso sucede, Estados Unidos entraría en un momento interesante: quizá hace falta que los consumidores estadounidenses se den cuenta del privilegio que es contar con la mano de obra inmigrante. También valdrá la pena caer en cuenta de cuál es el espíritu real que anima al movimiento conservador ahora y en los próximos años: un nativismo tan iracundo, que es capaz de poner en riesgo el rumbo de la industria de agricultura y construcción de uno de los estados más importantes del país. Ese es el panorama y el horizonte. Vale la pena verlo con claridad desde México y desde Estados Unidos.

@LeonKrauze

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