Hace unos días, la organización México Evalúa publicó Hallazgos 2019: seguimiento y evaluación del sistema de justicia penal en México (shorturl.at/dnEZ2) El documento es un compendio de una amplia variedad de datos estadísticos en justicia que permiten comparar entidades federativas y contrastar su desempeño con el de la Federación.

Del reporte rescato tres buenas noticias. La primera es que los resultados muestran importantes variaciones entre entidades. Es decir, hay estados que se desempeñan mucho mejor que otros en el tema de justicia y las diferencias revelan que el país no representa un bloque de desesperanza parejo.

La variación presenta también la posibilidad de movimiento, desafiando así la idea de que estamos viviendo una maldición de la cual es imposible salir. Desafía también la sensación que muchos tienen de que es necesario un terremoto social en México antes de poder ver avances en materia de justicia. La lección es simple: es posible mejorar ajustando las formas de trabajar. Esta concentración en los métodos de trabajo puede ser más importante que la propia alternancia política, que muchas veces se cristaliza como resultado de la desilusión y la desesperación ciudadana ante las crisis de seguridad y falta de justicia.

Las variaciones entre entidades también revela que el marco normativo nacional no lo es todo; es más importante su expresión y adecuación local. Por tanto, debemos dejar de creer que la producción que pudiera ofertar el Congreso Federal será la panacea para la solución de nuestros problemas. La conclusión parece venir en sentido contrario: la solución es local.

Otra ventaja de este reporte es que vemos los cambios de cada entidad en el tiempo, podemos observar que es posible moverse y avanzar dentro de la realidad estatal.

La segunda buena noticia es que es posible identificar a los gobiernos que se desempeñan con más éxito en el área de justicia y con ello se da la oportunidad de aprender de los mejores sistemas. Hallazgos identifica una lista de entidades punteras. Estas son las que ocupan los primeros lugares: Querétaro, Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Yucatán.

Pero hay algo más: este encuentro hecho por México Evalúa coincide con los de otras organizaciones de sociedad civil que usan metodologías alternas. Eso nos alienta a pensar que estas entidades tienen resultados de desempeño que son robustos y que, por tanto, debemos estudiar y posiblemente emular.

La tercera buena noticia tiene que ver con la idea de persistencia. Encontramos que las entidades que se desempeñan mejor, logran moverse dentro de los lugares destacados a lo largo de varios años superando, incluso, los cambios de sexenio y los cambios de partido local en el poder. Esto nos enseña que las mejoras vienen dadas, muy probablemente, por mejoras a los procesos hechos a fondo y que son capaces de desafiar cambios de administración.

La gran conclusión del reporte Hallazgos 2019 es que existen formas diversas de “cocinar la justicia”. Que hay quienes han perfeccionado a lo largo de los años sus “recetas” obteniendo cada vez mejores resultados. Si bien los ingredientes de la inseguridad son diversos, aquellos estados donde se han logrado avances significativos en materia de justicia penal pueden servirnos para implementar cambios en las entidades más rezagadas para que la idea de justicia deje de pasarse como un trago amargo.

Investigadora en justicia penal. @laydanegrete

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