La entrevista del 19 de enero de 2021 hecha por Carmen Aristegui a Alejandro Gertz Manero no tiene desperdicio (http://bit.ly/2MsNIC3). Algunas de las respuestas del aguerrido Fiscal General de la República, antes que calmar las aguas y aclarar dudas sobre el no ejercicio de la acción penal en el caso del general Cienfuegos, crearon frentes de batalla en territorios nacionales y extranjeros. Entabló pleito con la DEA, la fiscalía y los jueces norteamericanos. Se mostró molesto y carente de canales de comunicación con la Cancillería y otras autoridades de casa. Se declaró víctima de una campaña de linchamiento mediático y acusó a la sociedad civil de ser su enemiga.

Los fiscales norteamericanos fueron los primeros en ser atacados. Sobre ellos, Gertz avanzó una teoría inédita e insólita: “Cuando ya va a llevarse la audiencia frente a una juez federal, se desisten y se echan pa’trás y dicen: no, no, no, nosotros no tenemos ningún cargo en contra de él. Nosotros nos desistimos de todo lo que dijimos y de todo lo que hicimos. Nosotros no tenemos nada, el señor es inocente, lo suben en un avión y nos lo regresan.” (2:49:43) En su opinión, los fiscales norteamericanos se habrían desistido de los cargos por reparar en la poca solidez que tenía su acusación, como una especie de mea culpa tras un acto de contrición. Usó, incluso, el delicado término de “perdón” para caracterizar el trato dado al general por parte del órgano acusador.

La segunda autoridad en ser atacada por Gertz fue la DEA. A ésta le cuestionó su decisión de presentar una investigación incapaz de superar el primer tamiz de control en tribunales mexicanos. Además, desconoció los lustros que llevan las autoridades norteamericanas investigando las redes de narcotráfico mexicanas y su vinculación con las autoridades de nuestro país. Son sus fiscales y policías, no los nuestros, quienes han realizado las más sólidas pesquisas sobre crímenes complejos en México.

El Fiscal General tampoco perdió oportunidad de arremeter contra la juez que ordenó la liberación de Cienfuegos tras el desistimiento de la fiscalía norteamericana. Cuestionó la independencia de Carol Bagley Amon. “¡Ay pobrecita! ¿Qué?,¿ le torcieron la mano? o ¿qué, la obligaron?... “si la juez … no es independiente y obedece las órdenes de un fiscal federal en Nueva York, entonces el valor de las conductas jurídicas de esa jueza está totalmente en entredicho. Así de fácil.” (3:01:00) Gertz Manero parece olvidar que la decisión de desechar el caso la tomó el Fiscal General de los Estados Unidos William Barr a petición expresa del Gobierno mexicano. (http://eluni.mx/pwv06)

Gertz Manero terminó por retar a las autoridades norteamericanas al estilo: Nos vemos afuera. Les pidió presentarse en tribunales mexicanos, antes de 15 días, para litigar el caso Cienfuegos. Finalmente, amenazó con citarlos ante las más altas cortes internacionales.

No sabemos cómo responderán las autoridades norteamericanas. Por lo pronto, Tojil, una organización civil mexicana, le ha tomado la palabra. Citan al Fiscal General a debatir en juicio su responsabilidad de investigar, seriamente, una denuncia del más alto perfil.

El estilo defensivo de las declaraciones de Gertz a Aristegui sirven de ejemplo de lo que todo servidor público debe evitar decir, especialmente, por las minas regadas en el frágil campo de la diplomacia.

Investigadora en Justicia Penal.
@LaydaNegrete

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