Laura Raquel Manzo

Once meses de mujeres en la política más allá de Sheinbaum (II)

18/09/2025 |01:44
Laura Raquel Manzo
autor de OpiniónVer perfil

Después de revisar el trabajo en la entrega anterior de esta columna de Clara Brugada, Citlalli Hernández y Luisa María Alcalde, toca voltear a ver a otras figuras que, desde la oposición, el gabinete y el poder judicial, han marcado la agenda política en estos meses. Se trata de Kenia López Rabadán, Alicia Bárcena y Lenia Batres. Sus trayectorias recientes también hablan del liderazgo femenino y de los retos de ejercer el poder con resultados y credibilidad.





Kenia López Rabadán - Tras ocupar curules en la ALDF (2006–2009), la Cámara de Diputados (2009–2012), el Senado (2018–2024) y hasta la Constituyente de la Ciudad de México (2016–2017), siempre con una notoria habilidad para buscar reflectores, la panista llegó finalmente a la presidencia de la Cámara de Diputados. No fue sencillo: una negociación llena de tropiezos y con el oficialismo intentando retrasar la votación, pero el PAN consiguió imponerla el 2 de septiembre pasado. En su primer mensaje, prometió que “no le quitaría el micrófono a nadie” y que “la pluralidad sería respetada”. Además, la vimos muy sonriente durante los festejos de la Independencia a los que asistió, con todo y que el nuevo presidente de la SCJN, Hugo Aguilar, se distrajo y no le aplaudió. Aunque ya él le pidió disculpas. Hasta ahora solo ha tenido palabras y gestos solemnes y amables que, precisamente, contrastan con la Kenia combativa y de espectáculo que meses antes se enredaba con la ruidosa senadora Andrea Chávez en las mesas del noticiario de Azucena Uresti en Fórmula.

Su ascenso es leído como un empuje para la oposición, pero también abre la incógnita de si podrá sostener su promesa de “honorabilidad y altura de miras” en un Congreso donde Morena todavía dicta la partitura. La tarea no es fácil.

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Alicia Bárcena - Bárcena, de prestigiada trayectoria, arrancó fuerte: en octubre anunció el fortalecimiento de la política climática con la reactivación de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático. Tres meses más tarde, logró que México se sumara a la iniciativa internacional Mangrove Breakthrough, que busca recuperar 15 millones de hectáreas de manglares para 2030. Y en mayo presentó la Actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático, con metas concretas: reducir 140 millones de toneladas de CO₂ para 2030, restaurar 100 mil hectáreas de bosques y 80 mil de manglares, e impulsar la economía circular. Eso por nombrar algunas de sus acciones más relevantes. El negrito en el arroz sucedión en diciembre de 2024, cuando enfrentó su primer golpe mediático al admitir haber asistido “de buena fe” a una recepción en el Museo Nacional de Arte. El evento había sido organizado por su colaborador Martín Borrego, y disfrazado como evento diplomático cuando en realidad se trataba de una boda privada. Bárcena pidió la renuncia de Borrego y reconoció que se quebrantó su confianza. El episodio empañó una gestión que, en otros frentes, sí ha mostrado liderazgo ambiental con métricas concretas y respaldo internacional.

Lenia Batres - Desde la Suprema Corte, Lenia Batres Guadarrama se ha mantenido en el ojo mediático por su estilo confontativo y su cercanía con Morena. En octubre de 2024, calificó de “auténtico golpe de Estado” la decisión de la Corte de admitir una consulta sobre la reforma judicial aprobada por el Congreso. Mientras que en marzo de 2025, fue apartada de un amparo relacionado con Ricardo Salinas Pliego, después de que sus publicaciones en redes sociales fueron consideradas como una muestra de parcialidad.

En las pasadas elecciones judiciales, Batres no dudó en llamarlas “históricas e inéditas”, justo mientras intentaba coronarse como presidenta de la Corte bajo su propio y original alias de “ministra del pueblo”. Lo curioso es que lo decía con acordeones en mano. Ahora, en eso sí tuvo razón: históricas en el peor de los sentidos, e inéditas por lo grotesco del espectáculo. Y pues como su campaña la mantuvo muy ocupada, la ministra fue, de lejos, quien dejó la mayor carga de asuntos sin resolver al cierre del periodo pasado. Para dimensionar: Pérez Dayán dejó 5, y Laynez Potisek 4.

Su narrativa genera todas las dudas sobre la independencia judicial. Además, el peso de su apellido no se puede soslayar: su hermano, Martí Batres, fue quien autorizó que el Palacio de Bellas Artes se usara en 2019 para un homenaje a Naasón Joaquín García, líder de la secta de La Luz del Mundo. Esa herencia política la persigue y refuerza la percepción de que Lenia ha estado más interesada en quedar bien con Morena que en construir una trayectoria judicial sólida.

En estos once meses, Kenia, Bárcena y Batres han demostrado que la visibilidad de las mujeres en la política mexicana no equivale a una agenda consolidada. Kenia encarna la promesa opositora, pero carga con el reto de traducir el discurso de pluralidad en acuerdos efectivos. Bárcena simboliza la diplomacia mexicana, pero su credibilidad ya recibió un golpe temprano. Batres refuerza la narrativa de “cercanía con el pueblo”, aunque a costa de poner en entredicho la imparcialidad judicial.

Si la primera parte de este análisis mostraba improvisación, presupuestos pequeños y juventud sin oficio, esta segunda parte revela otro rostro: el de mujeres con visibilidad, pero cuya permanencia y trascendencia dependerá de algo más difícil de construir que una narrativa: resultados con legitimidad.

@LauraManzo

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