Así se comentan, con inexplicable desfachatez, los datos duros en este sexenio. Elizabeth García Vilchis, funcionaria encargada de “aclarar o desmentir” el quién es quién en las noticias de la semana, durante la conferencia matutina del presidente, el día de ayer calificó de sensacionalismo los signos de exclamación utilizados en una cifra para una nota publicada en primera plana por un diario nacional. Este diario “pretende hacer un escándalo con ese dato, que no es falso pero se exagera”, dijo Elizabeth sobre una cifra. Esto es una novedosa modalidad del “yo tengo otros datos” del presidente en curso. Luego, Elizabeth agregó que la nota citada “pretende generar sensaciones o emociones”, y que el periódico “se interesa más por las formas que por el contenido de la información”. El sexenio donde los números se pueden exagerar, aunque sean precisos. Así la contradicción. Así la incongruencia.
Así, el gobierno federal decide festejar 20 años del Instituto Nacional de las Mujeres. La oficina dedicada a trabajar por la igualdad de género, combatiendo la violencia y la discriminación, se pone de manteles largos. Festejar, sí, festejar. Así le llaman a una serie de foros y talleres organizados por el organismo. ¿Festejar qué precisamente? Que la violencia en México ha ido solo en aumento desde 2001, año en que el Diario Oficial de la Federación publicó la Ley por el que se creó Inmujeres, y con ello los recursos materiales y presupuestales con los que contaba la Coordinación General de la Comisión Nacional de la Mujer como órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, pasaron a formar parte de dicho organismo. ¿Festejar qué precisamente? Que en 2020, el año en que más debía ponerse atención al esperado aumento de violencia por el encierro debido a la pandemia, el Instituto terminó presentando un subejercicio de 279 millones de pesos. Inmujeres tenía aprobado para el año pasado más de 826 millones de pesos, de los cuales únicamente utilizó 547 millones, esto según lo reportado por transparencia. No hay dinero, y cuando hay, no lo utilizan en cuestiones tan vitales como la violencia de género.
La ineficacia gubernamental es un asunto de tremenda falta de capacidad, de tremenda falta de estrategia, porque no de conciencia ni de entendimiento. Nadine Gasman, presidenta del instituto, señaló también la mañana de ayer, que el presupuesto con el que cuenta Inmujeres es suficiente y que no ha habido recortes de personal, al mismo tiempo que dijo que la violencia es un asunto que no se resolverá a corto plazo. Además, Gasman agregó que las prioridades de las mujeres en el país son vivir sin violencia, tener un trabajo digno y contar con un sistemas de cuidados para la niñez. Si bien es entendible que este asunto no se resuelve de un día a otro o de un año a otro por los múltiples factores que lo provocan, es inadmisible que la violencia solo haya ido aumento. Es inadmisible el teatro montado, es inadmisible el subejercicio y la inoperancia ante la magnitud de los problemas que impiden que se respeten los derechos humanos de las mujeres. En 2020, la cifra de mujeres asesinadas fue de 3,952, el numero más alto en los 20 años que lleva de funcionamiento el instituto.
En 2001, a nivel nacional se registraron mil 282 feminicidios, y para 2010 el numero supero las dos mil mujeres asesinadas, llegando a 2,418. Los registros del INEGI muestran el crecimiento de los casos, que para 2017 superaron los tres mil asesinatos anuales. Ese penúltimo año del sexenio de Enrique Peña Nieto cerró con tres mil 430 mujeres asesinadas. En 2018 se registraron tres mil 752 homicidios de mujeres. Y para 2019, el primer año de la actual administración, los casos llegaron a tres mil 893.
Datos que no son falsos, pero se exageran, han de concluir porque entre un subejercicio y un aniversario llamado festejo del instituto que tiene como tarea principal eliminar la violencia de género. En estos días se hizo viral en redes sociales una imagen con los últimos mensajes en Whatsapp o aplicaciones similares de las mujeres que ya no regresaron a casa. Así es vivir en un país feminicida. ¿Festejemos exactamente qué?
