El crecimiento global evidenció una tendencia fuerte a la baja en 2018 (2.6% estimado), de un 3.2% registrado en 2019. Los especialistas de IHS Markit esperan que se acabará por estabilizar a 2.5% en 2020, antes de lograr repuntar ligeramente en 2021 y 2022 (2.7% en promedio).

¿Cómo será el comportamiento de las economías para el próximo año? El estímulo mundial no vendrá particularmente de las economías más desarrolladas. Así, por ejemplo, Estados Unidos, la Eurozona, Japón y Reino Unido, no repuntarán. Incluso, este último afectado por el Brexit tendrá un avance en 2020 de apenas la mitad de lo que se piensa aumente el Producto Interno Bruto (PIB), este año (esto es 0.6% versus 1.2%).

Estados Unidos volverá a su tendencia de crecimiento de 2.0%, ya que mucho del estímulo fiscal se ha agotado. La fase 1 del acuerdo comercial con China, ayudará a algunos productores estadounidenses dándoles más certeza impositiva de sus importaciones de esta nación asiática; empero, el consumo (que representa alrededor del 70% de la economía) seguirá siendo el motor de la demanda agregada.

La baja evidenciada en la eurozona (1.2%) este año, frente a 1.9% en 2018, causó alarma, porque incluso algunas de sus economías más grandes como Alemania e Italia, estuvieron cerca de la recesión. Los economistas de IHS Markit se muestran entusiastas de que lo peor ya sucedió y esperan que la región se estabilice alrededor del 0.9%, para retomar a 1.1% en 2021. Quizá la economía que enfrenta más dificultades, después de los resultados de las elecciones generales, es el Reino Unido, ya que al ser ganador Boris Johnson dará un nuevo impulso al independentismo.

La recuperación en Japón, en tanto, no se prevé hasta 2021 (0.5%) desde la baja esperada en 2020 (0.3%) y comparada con el avance de 1.1% en 2019. En respuesta a esta debilidad el gobierno de Shinzō Abe, ha anunciado un plan fiscal de 15 meses, el primero desde 2016 y el más grande desde 2012 (120 mil millones de dólares). Asimismo, se tiene previsto un aumento del impuesto a las ventas que permitirá estabilizar la razón de deuda gubernamental de Japón, la más elevada en los países desarrollados.

Por lo tanto, las economías emergentes volverán a ser la más dinámicas, creciendo alrededor de 4.6% el próximo año, frente a 4% en 2019, pero muy por debajo del avance logrado en 2010, que estuvo por arriba de 7%. La mayor desaceleración de China, que lleva una década de bajas continuas, ha pesado mucho en este resultado. Adicionalmente, los países emergentes tendrán que enfrentar menores expansiones en el mundo desarrollado y precios de mercaderías bajos.

Un punto de preocupación lo representa el nivel récord de su deuda, alentada por bajos niveles de tasas de interés y más aún las autoridades monetarias están dispuestos a mayores rebajas de ser necesarias para estimular la economía.

Así se puede concluir que, a pesar de elevados niveles de incertidumbre, el escenario de recesión generalizada, no es el más probable, como así se pensó en 2019. Sin embargo quizá, la amenaza mayor sigue siendo el escalamiento del conflicto de Estados Unidos-China, por ahora habrá que esperar el rumbo que tomará el juicio político al presidente Donald Trump.

 
Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac México, campus Norte
Email: idea@anahuac.mx

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