La coyuntura económica global está reflejando los efectos de años complicados, en un entorno de policrisis, que apunta, en general, a un menor dinamismo para el segundo semestre del año y una débil recuperación en 2024.

De esta manera, el Banco Mundial ha disminuido su estimación de crecimiento de este año y prevé que alcance una cifra apenas superior al 2.0%, frente al 3.1% registrado en 2022. Así las naciones avanzadas disminuirán su avance de 2.6% en ese año, a tan solo 0.7% este y en los emergentes y en desarrollo la desaceleración será, a excepción de China, de 4.1% registrado en 2022 a poco más de la mitad, 2.9%, este año. El país asiático sí verá un repunte desde el 3% al 5.6% en el lapso mencionado, por la reapertura y el ahorro forzoso provocado por su segundo distanciamiento, lo que se ha materializado en mayor gasto, una vez que se materializó la reanudación de actividades. A medida que este efecto vaya diluyéndose, su crecimiento será menor y se verá reflejado en 2024 y 2025; se proyecta una moderación de 4.6% en 2024 a 4.4% en 2025.

Este entorno de crecimiento débil, riesgos financieros y limitación fiscal ha resultado en una mezcla que ha producido un momento complicado para las economías. Por lo que en 2024 la reactivación, ya se vislumbra, desde ahora, poco vigorosa proyectándose un repunte a 2.4%, de acuerdo con estimaciones del mismo organismo multilateral.

En particular Estados Unidos, que apenas acaba de negociar el aumento del techo de su deuda y que representaba, en general, un verdadero desafío para el país por posibles impagos, las autoridades monetarias se debaten para evitar una fuerte recesión hacia finales del año. Por ahora, han decidido mantener su tasa de referencia en el rango de 5% a 5.25%, poniendo una pausa al ciclo alcista que mantenían desde marzo de 2021. Esto no exime mayores incrementos en los siguientes meses, si bien la inflación anual en mayo descendió al 4%, la Reserva Federal está comprometida a llegar al objetivo del 2% y seguirá monitoreando de cerca sus datos económicos, en especial los del mercado laboral.

Las economías han tenido que sortear así, un ambiente de endurecimiento en su política monetaria, en su lucha antiinflacionaria, que ha acabado por desinflar su crecimiento. Diversos sectores industriales y de maquila han visto cómo han ido estancándose o disminuyendo sus indicadores de manufactura, por los elevados intereses y una recomposición del gasto de los hogares por menos bienes y más servicios. A medida que las economías, han entrado de lleno a la fase de “nueva normalidad”, la gente quiere viajar y divertirse.

A esta situación, deberá añadirse los impactos de los efectos desfavorables de una guerra prolongada y la quiebra de varios bancos que han tensionado el ámbito financiero y que han derivado en condiciones crediticias más restrictivas, que lastran aún más el avance económico. Esta situación en las economías más desarrolladas acaba teniendo impacto en los países en desarrollo, de por sí agobiados por mayores pagos de servicio de la elevada deuda que ostentan, por políticas que trataron de aminorar el impacto recesivo del distanciamiento y que ahora se confrontan además con severas limitaciones fiscales. Esto se ha convertido en un desafío, porque su margen de maniobra ha disminuido y su vulnerabilidad ha aumentado.

Son por estas razones que el crecimiento económico se ralentice en la segunda mitad del año y que dicha atonía continúe en 2024.

Es indudable que nos encontramos en un periodo de ajuste y que deberán hacerse acciones tendientes a mejorar los marcos institucionales, tanto de la política regulatoria como de la gestión de la deuda, entre otras, que coadyuven a la estabilidad macroeconómica y financiera.

Por su parte a México se le abre una perspectiva favorable para aprovechar las inversiones que busquen la relocalización geográfica en las cadenas de suministro, por ventajas de cercanía, pero también por menores costos de producción. Es evidente que la desaceleración mundial y en particular, la estadounidense, afectará a México y vendrán más episodios difíciles de sortear.

Coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios y Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte

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Twitter: @IDEA_Anahuac

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