Las perspectivas de la economía mundial han mejorado mucho, el crecimiento global se estima ya en 6%, como en la década de los setenta. En México, la previsión más elevada la tiene J.P. Morgan, con un aumento en el producto interno bruto de 6.8%, mientras el consenso entre analistas es de alrededor de 3% en 2022. Las exportaciones, las remesas y la recuperación de la economía de Estados Unidos son las razones principales detrás de estas cifras. Empero, sin duda esta recuperación es diferente, se sale de lo común.

Gracias a las vacunas, se empiezan a aligerar las restricciones del distanciamiento y a regresar gradualmente a la “normalidad”. Este retorno, sin embargo, ha sido un proceso desigual, cuando unas naciones han vacunado a más de 50% de su población y otras a menos de 3%, por lo que el avance ha sido a distintas velocidades y la inmunidad de rebaño está muy lejos de lograrse a escala global. Tan sólo un cuarto de la población mundial está vacunado y en México ligeramente apenas arriba de esta cifra. De hecho, el resurgimiento de nuevos casos de Covid y la lenta vacunación se encuentran entre los principales riesgos para la reactivación.

En este ámbito, con la aparición de nuevas variantes, se ha obligado a empresas, oficinas públicas e instituciones educativas a gestionar modelos de regreso, híbridos, cuando la mayoría de los países no se pueden permitir la misma apertura, como la muy generalizada de Estados Unidos y China, seguida de algunas naciones avanzadas. Estamos así enfrentando una situación donde los países ricos corren mucho y los pobres se quedan atrás, aún más cuando los especialistas han dicho que el virus será endémico y tendremos que aprender a convivir con éste. A todas luces, los impactos económicos serán muy distintos.

En general, se esperan dobles dígitos en la recuperación en el primer semestre, más no así en el segundo semestre, por diversas razones: no se tendrán bases de comparación tan bajas; los precios seguirán siendo elevados por aumentos en las cotizaciones de insumos y dificultades logísticas en cadenas de suministro, además de nuevas infecciones y decesos por variantes más contagiosas de Covid-19, como la Delta.

De igual manera, habrá menor liquidez y tasas de interés al alza, como ya empieza a suceder en varios países emergentes, México incluido, y se dará en Estados Unidos, China, Gran Bretaña y, finalmente, en el resto de Europa. Eso sin dejar de lado tensiones geopolíticas, que apuntan a un mayor proteccionismo.

La salida de la pandemia o “pandexit”, como ahora así se le refiere, se liga directamente a la política sanitaria. Sin embargo, el doctor Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), afirmaba que aunque el despliegue del proceso de vacunación ha sido vital, ahora no se podrá limitar a ello; así, por ejemplo, urge acelerar el proceso de producción y distribución de vacunas más equitativamente entre los países, como así se ha comprometido el G7. Empero también, lograr tratamientos más eficaces.

De hecho, el Fondo Monetario Internacional ha estimado que una inversión de 50 mil millones de dólares en vacunas incrementaría la producción económica mundial en 9 billones de dólares en 2025, y es altamente rentable. También lo es lograr mayor eficacia en medidas preventivas y rastreos de transmisión, así como tratamientos y terapias novedosas, que serían vitales para lograr una recuperación más ágil y con menores costos.

De cualquier forma, las medidas fiscales y monetarias están llegando a un límite y serán necesarias otras, incluso tal vez para salvaguardar una “crisis financiera”, tales como el acuerdo histórico al que llegó el G20, sobre un impuesto global a multinacionales y gigantes digitales. El gravamen será de 15% y apunta a 100 empresas -las más rentables- que generan la mitad de las ganancias mundiales, como las GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple), pero abarcaría 10 mil empresas de otros sectores, que facturan anualmente más de 890 millones de dólares. Este impuesto se aplicaría a partir de 2023 y busca poner fin a los paraísos fiscales. De igual manera, en el mediano plazo se requieren reformas estructurales para lograr economías más competitivas.

El final del túnel aún no está a la vista, y las vulnerabilidades siguen a flor de piel.

Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac México, campus Norte.

Email: idea@anahuac.mx

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