Donde se armaron “los jaloneos navideños”, nos platican, fue en la capital de Guanajuato, luego de que la alcaldesa panista Samantha Smith Gutiérrez autorizó colocar el árbol de Navidad de una refresquera a unos pasos del Teatro Juárez. Nos indican que su ubicación inquietó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que “decoró” las esferas y adornos con sellos de “obra suspendida”, por la presunta violación a la Ley de Monumentos y Zonas Arquitectónicas, y así estuvo por más de 10 días, por lo que doña Samantha puso a trabajar a su equipo jurídico para dejar sin efecto la sanción, ya que el tiempo apremiaba para el encendido oficial y apenitas lo logró, pero no faltaron las voces que dijeron que sólo fue una travesura del Grinch. ¡Qué tal!
Ni con carnita asada los conquistó
El que “trae el santo al revés” en Nuevo León, nos cuentan, es el alcalde del municipio de García, Manuel Guerra Cavazos (Morena), luego de que en una medición fue el peor evaluado con pésimos resultados en casi todos los rubros. Nos relatan que en el ayuntamiento hubo regaños para sus funcionarios y, para ganar el cariño de sus gobernados, don Manuel organizó una megacarnita asada en la plaza principal; se requirieron 2 toneladas de carne para más de 4 mil personas durante la final de Toluca-Tigres y pues creía que “nada podía malir sal”, pero no contaba con que los universitarios perdieran y todo fue decepción. ¡Zas!
“Apretón de tuercas” a gabinete
En víspera de Navidad, nos comentan que el gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena (Morena), alista “un apretón de tuercas” en su gabinete para llegar “como motor ajustado” a su primer aniversario. Nos recuerdan que los primeros cambios fueron en el Patronato Cultur, donde su titular, Clemente Escalante, fue enviado al Instituto Tecnológico de Progreso y en la televisora estatal, donde el director Mario Sánchez renunció, pero aún se esperan más salidas que apuntan a la Junta de Agua Potable y Alcantarillado y la Secretaría de las Mujeres, pues don Joaquín ha dicho que es importante la lealtad, pero si no funcionan, adiós. ¡Qué tal!