Al que le aplicaron el “sereno, moreno” en Jalisco, nos platican, fue al empresario Carlos Lomelí Bolaños, aspirante de Morena a senador. Nos relatan que don Carlos se sintió “con la responsabilidad” de ser quien designe “por dedazo” a los candidatos de su partido en el estado y no sólo eso, sino que además se los dijo a sus seguidores durante un encuentro, pero —como nada es un secreto— alguien grabó sus palabras y las filtró el mismo día en que la precandidata presidencial, Claudia Sheinbaum (Morena), visitó la tierra del mariachi, por lo que se reunió con don Carlos para aclarar puntos y, más tarde, en público, doña Claudia dejó en claro que nadie impondrá candidaturas, o lo que es lo mismo, le puso un “estatequieto”. ¡Auch!
Quiere la reelección, pero...
El que no ha tenido buen tino en Morelos, nos comentan, es el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado (PAN), tras anunciar que buscará la reelección “para consolidar sus compromisos en materia de seguridad, obras públicas y agua potable”. Sin embargo, nos señalan que esos puntos son justo donde más está fallando su administración, pues en seguridad han surgido nuevos grupos delictivos; en obra pública no han parado los desperfectos en trabajos de pavimentación y ha sido necesario exigir la garantía a las constructoras responsables, mientras que el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado “está para llorar”, pero don José Luis asegura que “ahora sí cumplirá”. ¡Qué tal!
Da góber segunda llamada
El que aplicó el “¿ya se va?” en Sinaloa, nos cuentan, fue el gobernador Rubén Rocha Moya (Morena), pues urgió a los funcionarios que van por una candidatura a que aceleren el paso para su salida. Nos indican que entre los aludidos están Enrique Inzunza Cázarez, secretario general de Gobierno, y las secretarias de Educación Pública y Cultura, Graciela Domínguez Nava; de la Mujer, María Teresa Guerra Ochoa; de Bienestar, María Inés Pérez Corrales, y de Turismo, Estrella Palacios Domínguez, aunque varios advierten que no será el último ajuste que tenga que hacer don Rubén. ¡Zas!

