La iniciativa enviada por el Presidente de la República para que en caso de emergencia económica pueda disponer de las finanzas públicas, sin pasar por la Cámara de Diputados, es una humillación al Poder Legislativo. Es una muestra de autoridad de López Obrador frente a los legisladores de Morena y sus aliados.

En la Cámara de Diputados, Morena y sus aliados, tienen una inminente mayoría. Del total de 500 diputados, Morena tiene 257 y, si sumamos los 76 de sus aliados, tienen 333 votos a las órdenes del Presidente de la República. Con estas cifras queda claro que podrían aprobar lo que se propusieran. Sí, tienen los votos para recibir y ejecutar las ordenes del Ejecutivo Federal, así de terrible, no las órdenes de los ciudadanos, ni de quiénes pagan impuestos o mejor aún, de quienes los eligieron, en su gran mayoría —salvo algunas honrosas excepciones—, están a lo que su líder “moral” les mandata.

Sin embargo, para reformar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, se requiere que la Comisión Permanente del Congreso, convoque a un periodo extraordinario y para ello se necesitan los votos de dos terceras partes. Dicha permanente se compone por 37 integrantes, 18 Senadores y 19 Diputados Federales. Para lograr convocar a sesión y se apruebe esa irresponsabilidad jurídica de darle todo el poder a un solo hombre, no solo de ejecución sino también de definición presupuestaria, se requiere de una mayoría calificada de los legisladores, para que en estricto sentido, aprueben su autodestrucción.

Sí, así el Presidente no solo les pide obedecerlo si no autodestruirse en una de sus responsabilidades primordiales; en estricto sentido los diputados federales tienen dos facultades hegemónicas: hacer Leyes y aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación.Y la pregunta es, ¿qué podría ser más importante para un legislador, defender su responsabilidad legal y ética o quedar bien con su líder político?

Esa disyuntiva la deberán resolver los legisladores de Morena y sus aliados, pero los antecedentes no son muy esperanzadores. El mejor ejemplo es el faltante de los 2 votos para cumplir con la Constitución en la Elección de la CNDH, simplemente defendieron lo indefendible y lo ilegal, sin escrúpulos y sin remordimientos.

Por eso ahora la única esperanza de que los contrapesos continúen y se defienda el estado de derecho está basado en los legisladores del PAN, PRI, MC y PRD, los que hoy tienen la enorme responsabilidad de asistir a sesionar y mejor aún de oponerse a convocar para que se apruebe un capricho más de autoritarismo. Sí se debe sesionar, sí se debe debatir, pero sobre todo, se debe construir sobre dos temas esenciales, la salud de los mexicanos y la factibilidad de rescatar millones de empleos. Convocar a sesionar para algo distinto a eso, es un error histórico.



Senadora de la República

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