La jefa de Gobierno de la Ciudad de México anunció que rescindirá el contrato a la empresa DNV, encargada del peritaje por el colapso de la Línea 12. Lamentablemente para los capitalinos, esta acción de Claudia Sheinbaum sólo refleja la mezquindad y opacidad con la que se maneja el gobierno de la ciudad.

Pretenden ocultar la verdad y desviar la atención sobre el esclarecimiento de las causas que originaron el colapso de la Línea 12 del Metro. Con esta decisión sólo se refleja el rostro más autoritario de quien está al frente del gobierno de la Ciudad de México. Todo parece indicar que el requisito que debía contener el informe era liberar a la jefa de Gobierno y a sus colaboradores de las responsabilidades por el siniestro. La señora Sheinbaum quiere peritajes a modo.

La misma Jefatura de Gobierno, cuando decidió contratar a esta empresa, se comprometió a que los informes sobre el accidente serían “imparciales, técnicos e independientes”. Las familias de las personas fallecidas y las víctimas contaban con ese documento para encontrar la verdad. Pero la corrupción es más grande que la justicia en la administración de Claudia Sheinbaum.

Recordemos que 26 personas perdieron la vida por la negligencia de Morena. Y en lugar de fincar las responsabilidades, sólo se sigue encubriendo a Mario Delgado y a Florencia Serranía. Es increíble cómo a un año de la tragedia no hay ningún responsable en la cárcel. Urge que se dé a conocer el informe completo que lleve al esclarecimiento de los hechos.

No difundir el informe definitivo sobre lo sucedido en la Línea12 y pretender culpar a la oposición por supuestas injerencias con la empresa, refleja la profunda hipocresía de la jefa de Gobierno, así como la corrupción que existe en el partido en el poder.

Que no se le olvide a la señora Sheinbaum que el informe fue pagado con el dinero de los capitalinos, no de su chequera personal. Por lo que su responsabilidad es hacer público ese informe y darlo a conocer a la opinión pública. Hacer lo opuesto es contrario al mandato que ella juró en su toma de protesta.

La jefa de Gobierno en este asunto es juez y parte, por lo que debe retirarse del encargo en tanto se realizan las investigaciones y se encuentra a los culpables. Ha demostrado que no es capaz de separar sus responsabilidades de su filiación política y ha preferido proteger a los amigos del presidente de la República antes que hacerlos pagar por su negligencia. Es una ruindad utilizar la tragedia de los mexicanos para conservarse en el poder.

Es claro que la jefa de Gobierno ya está perdiendo el favoritismo del presidente López Obrador y por eso anda nerviosa, haciendo votos para que la voltee a ver. Pero lo que los capitalinos necesitan es conocer el informe que lleve al completo esclarecimiento de los hechos, se castigue ejemplarmente a los responsables y se dé justicia integral a las familias afectadas por la negligencia gubernamental en la Línea 12 del Metro. Ya basta de que quieran peritajes a modo.

Senadora de la República

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