Llevamos diez meses de pandemia desde el primer caso confirmado de Covid-19 en nuestro país, el pasado 27 de febrero. A partir de esa fecha y hasta ahora, los mexicanos hemos tenido que padecer una serie de problemas por la pandemia y por la ineficiencia gubernamental.

Hoy las cifras oficiales señalan que más de un millón 200 mil personas se han infectado y más de 115 mil familias han perdido a un ser querido. Durante estos diez meses, nunca se emitió un mensaje claro sobre las medidas para salvaguardar la salud de los mexicanos, incluso el primer mandatario se ha rehusado a usar un cubrebocas. Tampoco se tuvo acceso a pruebas de detección que pudieran dar certeza a las personas sobre su estado de salud. Mientras en México se hace 1 prueba, en Chile se hacen 12 y en Reino Unido 30. Qué lejos estamos de esas cifras y qué lejos estamos de tener el mismo derecho humano a la protección de la salud. Este gobierno mediocre, no entiende que tuvo la posibilidad de salvar la vida de los mexicanos y no lo hizo.

No hay suficientes medicamentos, camas, respiradores, tanques de oxígeno, ni hospitales para atender la necesidad de los mexicanos. La falta de dinero en su bolsillo, imposibilita en muchas ocasiones rentar o comprar un tanque de oxígeno. Hoy se conocen historias devastadoras de enfermos que prefirieron morir en su casa antes de ir a un hospital, por no tener seguro médico, por no poder pagar un hospital o por el terror a morir en soledad.

Con todos estos antecedentes nefastos, originados en muchas ocasiones desde el gobierno, ahora estamos ante algo que en lugar de parecer una salvación se prefigura como un problema: la compra, arribo, distribución y aplicación de la vacuna contra el Covid-19.

Sin una estrategia clara, sin un mensaje coherente, sin fechas específicas de aplicación, se ha anunciado el inicio de una de las etapas que debería ser la más esperanzadora para las familias mexicanas. Sin duda, es una de las noticias que se esperaban con mayor anhelo durante todos estos meses de emergencia sanitaria y crisis económica.

El gobierno, sí, ese que tiene a cuestas asesinatos, feminicidios, contracción del PIB y desempleos, es el mismo que quiere controlar las vacunas. Cómo pensar que lo hará de manera eficiente si no ha podido con la seguridad, con la economía y con la contención de la pandemia. En un exceso de control y quizá lamentablemente pensando en términos políticos y electorales, este gobierno le ha negado a las 32 entidades federativas poder coadyuvar para que los mexicanos tengan una vacuna.

Un ejemplo de irracionalidad de este gobierno fue la declaración de López-Gatell, quien dijo “la meta en promedio es de 6 mil a 8 mil dosis diarias”, totalmente absurdo. Si se vacunaran 8 mil mexicanos diario, este gobierno irresponsable se tardaría casi 90 años en vacunar a todos los mexicanos. Totalmente irracional ¿no lo creen?

Monopolizar la salud y la vida de millones de mexicanos, es totalmente inhumano y demuestra la falta de sensatez de un gobierno alejado de la realidad. Lo que debiera ser una posibilidad para los mexicanos de salvar su propia vida o de las personas que aman, se encuentra secuestrada por la ambición de este gobierno en medio de un proceso electoral.

La historia y los mexicanos podrían recordar esta etapa como un hecho muy lamentable si este gobierno se equivoca, si abusando de su poder, ocupa la vacuna con fines electorales. Ya veremos.

Senadora de la República.

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