Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que, el Producto Interno Bruto (PIB) en México se contrajo 18.7% en el segundo trimestre del 2020, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Es la quinta contracción consecutiva en lo que va de esta administración y la peor en la historia desde que existe este instrumento de medición.

Esta caída de casi el diecinueve por ciento, como un dato frío no dice nada, sin embargo, es alarmante lo que significa para las familias mexicanas, quienes verán afectada la posibilidad de materializar sus proyectos.

La lista de consecuencias por esta caída es lastimosa pero sobre todo, desesperanzadora y se ve reflejada en la pérdida de más de 12.5 millones de empleos según datos del mismo Inegi.

Por ejemplo, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), estima que cerrarán 90 mil restaurantes Por su parte, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), señaló que se han perdido cerca de 340 mil empleos y más de 3,600 empleadores se han dado de baja del IMSS. Otro sector que se ha visto altamente afectado, es el hotelero, la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM) advirtió que están en riesgo más de 200 mil empleos.

Estas cifras muestran el golpe toral que los mexicanos tendrán en su bolsillo, ya que habrá mujeres y hombres que dejarán de contar con un ingreso que les proporcione los bienes y servicios que requieren para satisfacer sus necesidades elementales.

Lo peor de todo esto, es que no existe una respuesta por parte de la actual administración. Con desaliento, se pueden ver políticas erráticas en materia económica, ya que el presidente de la Republica está más ocupado en tapar el escándalo en el que su partido está involucrado, por allegarse de recursos de manera ilegal. Los mexicanos exigen soluciones a lo que está sucediendo y el gobierno no responde.

A la fecha, las autoridades mexicanas no están generando políticas públicas para atenuar el impacto de esta crisis económica en las empresas y comercios. Tampoco hay protección a los trabajadores que están perdiendo sus empleos y no se ha aprobado un Ingreso Básico Universal, que ayude a las familias a contencionar las consecuencias de este desplome.

La 4T se ha empeñado en generar incertidumbre en los inversionistas extranjeros con sus decisiones populistas. Basta recordar el caso de la cancelación de la construcción de la planta cervecera en Baja California o la claudicación de proyectos de energías limpias y renovables en varios estados de la República.

Con estas fugas de capital, México ha dejado de ser un país confiable para invertir, incluso, ha salido de la lista de los 25 países más atractivos para que capitales extranjeros inviertan, mientras que países como Panamá, Colombia y Perú, están liderando un mercado que había sido nuestro, pero que hoy, por los errores gubernamentales se está perdiendo.

Esta pandemia, sin duda, ha impactado a todo el planeta, sin embargo, los gobiernos ineficientes e irresponsables que no han tomado definiciones claras, están atravesando por más problemas que aquellos que sí lo han hecho. Lamentablemente el gobierno mexicano pasará a la historia como una de las peores administraciones en el mundo. La economía en México va en picada y al parecer no hay alguien responsable en el gobierno federal que la pueda contener. Los sueños, las expectativas y las esperanzas de millones de mexicanos tendrán que ser pospuestas ante un gobierno sin inteligencia ni capacidad de administración.

Senadora de la República

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