Un Senado de la República lleno de empujones, gritos, pancartas y denostaciones, fue el escenario en el que Rosario Piedra Ibarra rindió protesta como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

¿Qué rompió con la transparencia, máxima publicidad y parlamento abierto que las Comisiones de Derechos Humanos y Justicia plantearon desde la Convocatoria? Algo muy elemental, el presidente de la República metió la mano en el proceso, ya que, en sus conferencias matutinas, afirmó que prefería “que la encomienda la tenga una persona que haya padecido en carne propia violaciones a los derechos humanos”.

Es obvio que el titular del Ejecutivo no tuvo rubor en decir cómo quería que fuera la titular de la CNDH, por lo que Morena no tuvo más que acatar la instrucción, sin importar que las acciones emprendidas violaran nuestra Carta Magna.

Este Senado es el Senado de los nunca; ya que nunca había visto la toma de protesta de un organismo autónomo entre gritos y empujones; nunca había visto la tribuna con un senador —del partido oficial— gritándole a la presidenta de la Mesa Directiva que tomara la protesta; nunca había visto a un senador —del partido oficial— levantarle la mano a quien dirigirá un organismo autónomo; nunca había visto que 12 senadores discutieran, empujaran y sometieran a un senador de oposición.

Igualmente, tampoco hay precedentes de que algún senador amenazara a otro con destituirlo de alguna Comisión. Querer destituirme de la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos es tan intolerante, como pensar que a Mario Delgado, Alejandro Encinas o Zoé Robledo, les hubieran retirado las presidencias de las Comisiones en la legislatura pasada, por el simple hecho de ser oposición y no convenir a los intereses del gobierno en turno.

Esta 4T debe entender que el Pleno, la Mesa Directiva, la Jucopo y las Comisiones del Senado, son tan plurales, como plural es México en su integración. Lo he dicho claramente, es un privilegio no representar a quienes hacen fraude y roban votos. Yo represento a los que están cansados y decepcionados de las malas decisiones de Morena.

¿Qué pasó con esta 4T que se regía bajo los principios de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”? En un solo día mintieron sobre los senadores presentes, se robaron dos votos y traicionaron a los mexicanos violando nuestra Constitución. Esta decisión del partido oficial ha abierto un antes y un después en el Senado. Es claro que no solo lo han desprestigiado, sino también han destruido la magistratura moral que debe tener la CNDH.

Una elección ilegal aunado a que la señora Piedra le mintió al Senado, da muestra de que este país va en regresión. Es público, según los registros del INE, que Piedra Ibarra es Consejera Nacional y Estatal de Morena, lo que la imposibilitaba desde un principio a participar en el proceso. Mintió en su currículum vitae; mintió en su carta bajo protesta de decir verdad y mintió en su comparecencia, así que lo único que podría resarcir este daño sistemático es su renuncia. Veremos si tiene la estatura moral para hacerlo.


Senadora de la República

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