Esta semana, en dos ocasiones el Presidente López Obrador se refirió a mí en su conferencia matutina.
El Presidente cree que la devastación que su gobierno está llevando a cabo en Quintana Roo no tendrá consecuencias. Pero hay que decirlo claramente: sí van a ocasionar un cambio en el color del mar y en la flora y en la fauna de la región. Es más, esto ya pasó y el más claro ejemplo es la Laguna de Bacalar, la cual cambió su color por la deforestación de sus manglares y por los asentamientos irregulares en ese litoral.
La obsesión del Presidente por construir el Tren Maya sobre las zonas de cuevas submarinas en el sureste, pondrá en riesgo la mayor riqueza natural que tiene México. El gobierno no tiene las manifestaciones de impacto ambiental para la construcción del Tramo 5, ni un plan de protección ambiental y tampoco tiene la forma de mitigar las afectaciones de esta obra.
Construir el Tren Maya sobre la selva húmeda de Quintana Roo, generará un impacto ambiental irreversible. Insistir en esta obra, destruirá, las cuevas, los cenotes y los túneles acuíferos y será imposible restaurar la selva mexicana.
La solución para reforzar la fragilidad de la zona no está en poner pilotes como ha insistido, ya que se contaminará esta red hidrológica, lo que impactará en la fauna endémica e impedirá que el color del agua siga siendo como lo conocemos. El material inorgánico que se utilizará para la construcción del Tren Maya, impedirá que la piedra caliza se regenere y con ello, también se dañarán a los arrecifes de la zona, otro factor que impactará en el mar Caribe.
Se deforestarán 2 mil 500 hectáreas de selvas húmedas y secas, lo que contribuirá en el desabasto de agua en la zona, en la pérdida del hábitat, en la fragmentación del ecosistema, en el atropellamiento de especies en peligro de extinción y en un riesgo de acumulación de residuos. Esto es un ecocidio que acelerará el cambio climático.
Lo dicen los expertos y los investigadores. Claramente las Universidades han levantado la voz al igual que las organizaciones de la sociedad civil. El gobierno debe tener altura de miras y escuchar a los especialistas en medio ambiente.
El pueblo de México necesita que se proteja la flora y la fauna de la región. Necesitamos que se priorice la vida y dejen de destruir nuestras riquezas naturales. Defendamos la selva.
Senadora de la República
