Digitalización e Inteligencia Artificial logran proporcionar crédito asequible sin sacrificar la rentabilidad

Con una alta población con salarios bajos o perdidos, acceso limitado a préstamos equitativos y disparidades en los créditos, en México se restringe el crecimiento económico. Urge que los bancos presten fuera de su base de clientes actual.

Por ello, muchas instituciones reconsideran la tecnología para satisfacer las necesidades de los clientes y gestionar el riesgo aún a prestatarios de menor puntaje de crédito que presentan mayor volatilidad en la capacidad de pago y las señales tradicionales de solvencia, como los historiales de pago, no son tan confiables para gran parte de la población.

Sin embargo, los productos digitales diseñados adecuadamente pueden marcar una gran diferencia en los resultados financieros de las personas y, al mismo tiempo, crear nuevas oportunidades de negocio para los bancos.

Las herramientas digitales se pueden utilizar para conectarse con comunidades que de otro modo serían desatendidas. Los servicios financieros digitales, asimismo, reducen los costos para aumentar el acceso y podrían ser la única forma en que los bancos pueden profundizar la inclusión y hacer que la economía funcione.

Por otra parte, la Inteligencia Artificial (IA) logra incorporar conjuntos de datos adicionales, como transacciones de depósitos, servicios públicos o información de pago de alquileres y es probable que toda esa información los bancos la utilicen para identificar a los candidatos que están listos para volver a subir en el espectro crediticio.

Asimismo, una ventaja central en el uso de modelos de IA es que son más adecuados para manejar grandes cantidades de datos, incluso si están mal estructurados. Algunos modelos pueden considerar más de 500 variables y los patrones predictivos pueden ayudar a los prestamistas a ampliar el acceso al crédito.

Las técnicas avanzadas de modelado de crédito actualmente las impulsan compañías de software y bancos más grandes. Y aunque la adopción apenas comienza, los prestamistas aumentaron del 15% al 30% las aprobaciones de crédito sin cambios en las tasas de pérdida.

Por el lado de la inclusión financiera, las aprobaciones a menudo incluyen prestatarios que alguna vez pasaron por alto y que ahora pueden acceder al crédito del sistema bancario formal.

En la inclusión financiera, en resumen, los bancos necesitan un cambio de paradigma, diseñar variantes de productos e innovar su enfoque de crédito específicamente para las poblaciones que necesitan inclusión económica.

Esta democratización del crédito implica iniciativas de marketing que permiten el acceso a mayor población hasta ahora desestimada en la bancarización, productos que se adaptan a necesidades específicas, adopción digital que reduzca los costos y modelos más inteligentes que permitan una mejor identificación de clientes solventes.

 
Investigador y conferencista de contabilidad y finanzas empresariales  

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