Las remesas familiares que México recibe del exterior crecieron 27.1% en 2021 y son la principal fuente de ingresos proveniente del extranjero. Difícilmente en 2022 se superará la cifra histórica de 51.6 mil millones de dólares de 2021 por sus causas. Más que presunción de política económica, la cifra refleja las marcadas diferencias entre México y Estados Unidos y la falta de oportunidades laborales.

El 2021 fue atípico a nivel mundial, pero con beneficios no exclusivos para México. Las remesas fueron oxígeno puro para los hogares de América Latina. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, las remesas recibidas en Centroamérica totalizaron 34.1 mil mdd (29.6% más que en 2020), en Sudamérica 24.3 mil mdd (23.7% anual) y en el Caribe 18.2 mil mdd (20.2%). En todos los casos, incluido nuestro país, el crecimiento en 2021 de las remesas fue superior al PIB per cápita.

En México, a pesar de la crisis económica y sanitaria de 2020, las remesas siguen rompiendo récord y son la principal fuente de ingresos del extranjero. En 2021 su importancia fue tal que los 51.6 mil millones de dólares superaron los ingresos por exportación de petróleo (28.9 mil mdd), por cuenta viajeros y de turismo (19.8 mil mdd) y por la recepción de inversión extranjera directa (30.1 mil mdd).

Los beneficios de las remesas permitieron sortear de mejor forma la crisis económica en los hogares de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Estado de México, Ciudad de México, Guerrero y Oaxaca, que concentraron 49.7% del total de las remesas recibidas en 2021. Las remesas se destinan en gastos específicos y/o como parte del gasto corriente. En el caso del primero, considerando que se recibe más en día de las madres y en navidad, se utiliza para festividades y eventos como XV años u otros. En el segundo, la mayoría son para gastos de manutención (cerca de 58% del total recibido), en salud (21.5%), educación (7.2%) y otros usos. Destaca también el gasto en inmuebles como parte de ampliaciones o mejoras.

Los ingresos por remesas en 2021 difícilmente se repetirán en 2022 por la desaceleración en Estados Unidos. El Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) estimó que en 2021 la masa salarial de los trabajadores inmigrantes mexicanos (ingresos de asalariados, de independientes y de pequeñas actividades empresariales), alcanzó 282.8 mil mdd por la recuperación de empleos y cambios en empleos de tiempo parcial a completo. Además de ello, las remesas se financiaron con los apoyos del gobierno estadounidense. En general, las remesas de nuestros connacionales representaron 17.3% de sus ingresos. Se ve difícil que 2022 sea igual ante la falta de apoyos gubernamentales y por la desaceleración económica.

Nuestro consuelo es conformarnos con una parte del aporte económico de los paisanos. En 2021 las remesas fueron para México 4.0% del PIB, cuando la masa salarial de los connacionales en Estados Unidos es de 21.9%. Significa que, en términos económicos, se pierde ese aporte en nuestros sistemas de seguridad social, en inversión para viviendas y en otros gastos que dinamizarían la economía.

La realidad es que nuestra economía es incapaz de aprovechar el bono demográfico ya que sin inversión y crecimiento, no se pueden generar 7 millones de trabajos que en Estados Unidos sí, y menos en las condiciones en que lo hace cuando la remuneración media de un inmigrante mexicano en Estados Unidos es de 40.7 mil dólares anuales y en México, para asegurados del IMSS, de 7.8 mil dólares. Si nuestra política económica es incapaz de recuperar los 700 mil empleos perdidos en 2020, menos lo será para absorber la demanda laboral y aprovechar su valor agregado.

Las remesas no son un indicador presumible, reflejan la incapacidad de aprovechar y retener talento mexicano; podrán detener momentáneamente su acelerado crecimiento, pero la migración continuará.

Las contradicciones de la política económica se empecinan en la autosuficiencia energética, cuando la dependencia económica y laboral es cada vez mayor. Las diferencias entre nuestros connacionales y nosotros es cada vez más amplia, siendo irreversible la fuga de talento.

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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