Cuando la pandemia de Covid-19 inició, los bancos centrales en todo el mundo ejecutaron medidas para proteger las economías de una mayor debacle, a través de las denominadas políticas acomodaticias, que implican aumentar la oferta de dinero y con ello la cantidad disponible para que los bancos puedan realizar préstamos.

Con este objetivo, en Estados Unidos, nuestro principal socio comercial y referencia cambiaria, las tasas de interés se redujeron drásticamente y se amplió la liquidez mediante una emisión monetaria sin precedentes, al menos en la historia reciente.

Estas acciones supusieron un abaratamiento de la divisa estadounidense, por su abundante oferta, por lo que durante este tiempo el tipo de cambio en México permaneció relativamente estable. Así fue posible cerrar el año por debajo de 20 pesos por dólar. No obstante, el contexto y la situación han cambiado gradualmente, llevando a que al cierre de febrero de este año el tipo de cambio se ubicara cerca de 21 pesos por dólar.

Las razones son variadas y los tipos de análisis posibles también lo son. Sin embargo, desde la perspectiva de Consultores Internacionales, S.C. las más importantes son las siguientes.

1. Aumentó la rentabilidad de los títulos de renta fija en Estados Unidos. La rentabilidad de los bonos del tesoro a 10 años que había alcanzado un mínimo de 0.51% en agosto de 2020, cerró febrero en 1.41%. Esto ha sido un aliciente para cambiar la preferencia por inversiones en renta variable en México para adquirir estos títulos que son de bajo riesgo y garantizan utilidades en el corto y mediano plazo.

2. El carry trade dejó de ser un buen amortiguador del tipo de cambio. Esta práctica que consiste en obtener créditos blandos en Estados Unidos y colocarlos en bonos con mayor rendimiento en México, está dejando de suceder, asociado principalmente a las previsiones de mayor inflación en el país, tasas de interés reales casi en cero y a la expectativa de una acelerada depreciación del peso.

3. Aumento del índice dólar. Asociado a lo anterior, en el mismo periodo este índice, que mide el valor de la divisa estadounidense con relación a una canasta de monedas extranjeras, ha tenido un rápido incremento en los últimos días, pasando de un promedio de 90.1 puntos en el primer mes y medio del año, a superar 90.9 puntos el 26 de febrero pasado, el nivel más alto en 12 meses, lo que da muestra de una recuperación gradual, pero firme.

4. Crecimiento económico. Claramente hay un diferencial significativo en la recuperación de la economía estadounidense, respecto a la de México, que no ofrece señales de recuperación al menos en los meses siguientes, lo que asociado a una baja preferencia por el riesgo, simplemente limita las posibilidades de nuevas inversiones y atracción de capitales de corto plazo a México.

5. Incertidumbre. A lo anterior, hay que agregar una serie de elementos como las diferentes políticas públicas y actitudes hacia la inversión extranjera y privada, que podrían impulsar una salida de capitales, el proceso electoral y en general malas condiciones en el ambiente de negocios.

El mercado cambiario estadounidense seguirá fuerte ya que los estímulos monetarios dejarán de fluir, el crecimiento económico retomará su dinamismo, la pandemia permitirá gradualmente una reapertura económica y comercial más holgada. En Consultores Internacionales, S.C. estimamos que el tipo de cambio podría cerrar el año arriba de 21.50 pesos por dólar, aunque otros elementos llevarían a este resultado más arriba. Uno de ellos es la latente posibilidad de una nueva degradación en la calificación crediticia.

*Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

Google News

TEMAS RELACIONADOS