A veces creo que quienes forman parte del primer círculo del Presidente son muy ingenuos, pero luego lo pienso bien y me doy cuenta de que no se trata de un asunto de candidez sino de desinformación (por no decir de ineptitud): no tienen ni la menor idea de lo que está sucediendo en Brooklyn, en el juicio contra Genaro García Luna , ese caso que tanto festejan cada mañana.

Luego vuelvo a dudar, porque asumo que Marcelo Ebrard algo habrá aprendido durante estos años acerca de lo despiadados que son los funcionarios estadunidenses cuando se asumen como los sheriffs del planeta que persiguen villanos extranjeros para desviar la atención de sus severos problemas internos, en particular de la pandemia de drogadicción de padecen millones de sus ciudadanos y la epidemia de decenas de miles de muertes que eso provoca cada año.

A Estados Unidos no le gusta nada perder guerras. Eso, a los estadunidenses, los pone muy mal. Los enfurece, los humilla, los deprime, les roba identidad, tal como les sucedió en Vietnam. Pero la peor de las guerras que cada día pierden es esa incontrolable serie de batallas silenciosas que se desarrollan en su propio territorio, la guerra de las drogas perdida en cada estado, en cada condado, en cada ciudad donde combaten sus fuerzas. Es una conflagración contaminante y expansiva con bajas tremendas que suman cientos de miles de vidas perdidas en los últimos diez años (cien mil en el último año).

¿Qué hacer ante semejante derrota interna que data de la época de Richard Nixon , de junio 1971? ¿Cómo gestionar esa catástrofe política, militar, policial, judicial y de salud que tiene casi 52 años de millonarias pérdidas en vidas y dinero y sonoras derrotas militares y policiales? Haciendo lo que mejor saben hacer en su calidad de spin doctors, de magos que diseñan realidades alternas, de creadores de infodemias y posverdades: desviar la atención y llevar la guerra a otro lado (al menos en el imaginario colectivo), a la búsqueda de villanos extranjeros que resulten accesibles para ser llevados ante la justicia.

Con eso no ganan la guerra, pero al menos creen poder justificar su decadencia a causa de la perversidad de ese nuevo enemigo que hoy es el narco mexicano, esa hidra de mil cabezas en forma de fusiles gringos que los fiscales republicanos de 21 estados han exigido esta semana al presidente Joe Biden que los catalogue como terroristas.

Entonces súbitamente asumo que Ebrard le explicará al presidente Andrés Manuel López Obrador que lo que realmente está sucediendo en Nueva York no es un juicio contra García Luna sino contra un ente maligno que es México y sus narcos. Al señalar al ex policía mexicano lo que los fiscales estadunidenses retratan ante el jurado no es nada más a un funcionario corrupto, a un traidor de la DEA y el FBI, sino que dibujan un narco Estado que lo cobijaba y que con sus múltiples tentáculos opera en sus mismísimas calles gringas a causa de la corrupción e ineptitud de los gobiernos mexicanos, tanto de los estatales como los federales.

En la Corte Este de Brooklyn es el gobierno de Felipe Calderón pero también el de Enrique Peña Nieto el que está en el banquillo de los acusados. Y algo más, pequeño detalle: es el Estado mexicano, personificado en el encargado de perseguir a los malos en todo el país (García Luna con Calderón, supuesto aliado del cártel de Sinaloa) y también en un procurador de justicia que en realidad era un narco con placa, Edgar Diablo Veytia, ex fiscal de Nayarit con Peña Nieto, confeso de que trabajaba para el cartel de los Beltrán Leyva.

Los fiscales contra García Luna, que usan a Veytia de testigo contra él, le preguntan retóricamente al juez del caso y al jurado, aunque no lo digan literalmente, algo muy sonoro, muy hollywoodense : ¿en cuántos encuentros estuvieron García Luna y Veytia con altos mandos mexicanos del Ejército, la Marina, la Policía Federal, el Cisen y Gobernación? ¿Cuántos documentos clasificados se le compartieron al super cop y al fiscal, incluidos los top secret de Estados Unidos? Y lo más importante: ¿nadie sabía nada de lo que hacían estos funcionarios? Si en los gabinetes de seguridad de Calderón y Peña Nieto nadie sabía nada, muy mal, pero si sabía alguien o todos sabían y no hicieron nada, peor.

En el fondo los fiscales están narrando esto al jurado y al juez Brian Cogan: imaginen ustedes un caso similar con el encargado del FBI, el titular de la DEA, y el Fiscal de California, de Florida, o del estado que usted quieran; imaginen ustedes el escándalo que se hubiera generado en los medios estadunidenses y la crisis institucional que se hubiera desatado en el gobierno federal de ese país: se hubiera cimbrado todo el sistema. Estados Unidos de Narcoamérica, diríamos.

El Presidente y su canciller no se enteran de que quizá algunos de los miembros del gabinete mexicano de hoy… Estados Unidos intentará llevarlos mañana a la celda del Diablo. O a la del super cop García Luna. ¿Por qué? Porque la guerra narca continua aquí y allá y en 2025 Estados Unidos necesitará nuevos villanos para juzgar. ¿Quiénes serán los elegidos? Los narcoterroristas mexicanos que con sus drogas matan estadunidenses, y claro, quienes sean asumidos como sus cómplices durante este sexenio en el que la violencia narca está igual o peor y las exportaciones de droga a Estados Unidos claramente son mayores, en especial las del temible fentanilo.

Pero bueno, sigan festejando sin el menor rigor en las mañaneras.

BAJO FONDO

A finales de marzo y principios de abril de 2017 leía yo la carátula de un documento del Departamento de Justicia de Estados Unidos y quedaba estupefacto, porque informaba esto:

“UNITED STATES DISTRICT COURT.EASTERN DISTRICT OF NEW YORK

“INDICTMENT.CR 17 00115

“UNITED STATES OF AMERICA

“—against—

“EDGAR VEYTIA, “also known as “Diablo”, Eepp”, and “Lic veytia”

“THE GRAND JURY CHARGES.COUNT ONE:

“(International Heroin, Cocaine, Methamphetamine and Marijuana Manufacture and Distribution Conspiracy)”.

¿Que qué? ¿Edgar Veytia, el Fiscal de Nayarit en funciones, capturado en Estados Unidos… era un narco? ¿Era un demonio que traicionaba a las instituciones mexicanas y servía a un cártel? Y preguntaba yo en mi columna del 4 de abril de ese año: ¿en cuántas reuniones estuvo “Lic Veytia” con procuradores y fiscales entre enero de 2013 y febrero de 2017, fechas durante las cuales se le acusa de haber producido y traficado drogas hacia Estados Unidos?

¿En cuántos encuentros estuvo Diablo Veytia con altos mandos del Ejército, la Marina, la Policía Federal, el Cisen y Gobernación? ¿Cuántos documentos clasificados se le compartieron al Señor Fiscal? Y lo más importante: ¿nadie sabía nada de lo que hacía este funcionario en el sexenio pasado?

Y hoy, este gobierno, para citar a su Presidente, ya que el gobierno de Peña Nieto no indagó nada, ¿siguió el dinero de Veytia? La Fiscalía Federal para el Distrito Este de Nueva York buscaba asegurar en ese entonces recursos y bienes del ex fiscal por $250 millones de dólares, unos $4,750 millones de pesos al tipo de cambio de hoy. ¿Este gobierno siguió ese dinero? ¿O lo de inteligencia financiera aplica nada más para Genaro García Luna?

El 4 de enero de 2019 el Departamento de Justicia (DJ) informó que Diablo Veytia se había declarado culpable (https://www.justice.gov/usao-edny/pr/former-mexican-state-attorney-general-pleads-guilty-international-narcotics) de lo que estaba acusado: producir y traficar mariguana, cocaína y metanfetaminas entre 2013 y 2017, cuando era Fiscal de Nayarit. En el caso, investigado por agentes de la DEA, el FBI y el Homeland Security, como parte del Organized Crime Drug Enforcement Task Forces, que es un programa federal multi-agencias y multi-jurisdiccional encargado de combatir a los cárteles de la droga, Veytia podía merecer una sentencia de por vida, cosa que no ocurrió, porque le dieron 20 años que él busca reducir hoy con su participación en el juicio que transcurre estos días contra García Luna, el policía estrella del ex presidente Felipe Calderón.

El 26 de septiembre de 2019 el DJ informó de la sentencia e indicó que a Veytia le aplicaron una pena de un millón de dólares. El Fiscal del caso, Mr. Richard P. Donoghue, se puso peliculesco: “La sentencia impuesta a este funcionario corrupto del gobierno mexicano hace que este sea un gran día (ojo, del gobierno mexicano). Ni los líderes de los cárteles mexicanos ni los funcionarios corruptos que los asisten deberían dormir bien esta noche. Vamos por ustedes.”

Vamos por ustedes. Y sí, fueron por el ex secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos, lo capturaron y lo iban a procesar por presunto narco, pero los fiscales tuvieron que recular y lo soltaron, eso sí, sin decir que era inocente: alegaron que había “razones de Estado” para liberarlo y devolverlo a México.

En cambio, fueron por García Luna y muy probablemente la próxima semana este hombre será encontrado culpable por un jurado de ciudadanos comunes y corrientes que mucho se habrán visto influenciados por las barbaridades que confesaron varios capos de la droga y el propio Veytia acerca de la corrupción imperante en lo que pintaron como un narco Estado, el mexicano, donde cualquier fiscal puede trabajar para un cártel, exportar drogas a Estados Unidos, y el encargado de federal de perseguir a los criminales como él… trabaja para otro cártel y se vuelve millonario por corrupto y narco.

¿Qué confesó Veytia durante estos días en la Corte de Brooklyn, así, sin el menor pudor? Casi nada, que el narco le pagaba dos millones de pesos al mes, que mató a unas 10 personas, a quienes mandaba al infierno; que así decía en lugar de matar, que sus víctimas se iban al infierno (por eso lo de “diablo”); que no recuerda la cifra exacta pero que a más de diez sí mató; que torturó a unas 30 o 40 personas (no se acuerda con exactitud), que despojó a gente, que robó, que quemó inmuebles, que trabajó para el cártel de los Beltrán Leyva, que se negó a cambiar de bando y hacerlo para El Chapo, como le habría ordenado la gente de García Luna, todo esto de acuerdo a las crónicas que se han publicado estos días de juicio.

Imagine usted la cara de los ciudadanos comunes y corrientes del jurado. Wow! In Mexico, narcos really rules.

Pero en Palacio Nacional no se enteran que eso es lo que están juzgando en NY, un narco Estado a los ojos gringos, un país donde en 2023 hay un presidente que -se narrará un día en la Corte de Brooklyn- le dio la mano a la mamá de El Chapo Guzmán, supuesto patrón de García Luna.

Entonces, ¿a quién van a querer juzgar los fiscales de Estados Unidos en 2025?

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Twitter: @jpbecerraacosta

 

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