Sr. Presidente: 1.- Ahora que ha cumplido dos años en el poder, déjeme decirle que yo voté por usted, pero nos ha fallado a los que votamos por usted: se ha desenvuelto fatal durante la pandemia. Desde un punto de vista sanitario, se ha comportado irresponsablemente: ha sido el más temerario presidente que podíamos haber tenido en un momento así.

2.- Señor Presidente, no se domó la pandemia, como usted afirmó cuando los contagios crecían, provocando con ello que muchos mexicanos se lanzaran a las calles sin precauciones.

3.- Usted, inexplicablemente, se instaló en un inamovible machismo sanitario: se negó a usar cubrebocas y se negó a promover su uso, como si usted fuera inmune al coronavirus, como si todos lo fuéramos. Como si usar cubrebocas implicara una ofensa a la investidura presidencial, como si usarlo implicara aceptar una mordaza (Claudia Sheinbaum lo porta en sus conferencias). Usted se empeñó en no usarlo, como si negarse fuera cosa de machos, de valientes espectros venidos desde el siglo 19, o charros salidos de una película misógina de Pedro Infante y Jorge Negrete. ¿Y qué cree? Muchísima gente le hizo caso, lo emuló.

4.- Vamos a ponerle números, sus otros datos, los del doctor Hugo López-Gatell, los que él citó recientemente de la Universidad Imperial de Londres: durante la pandemia, al menos el 20% de la gente en México no ha usado cubrebocas (https://bit.ly/2VGaLec). Hablemos solo de adultos. En México hay alrededor de 89 millones de adultos. Entonces, tenemos que 17.8 millones de personas lo han emulado a usted.

5.- Ese ejército zombie sin cubrebocas de 17.8 millones de potenciales propagadores del SARS-Cov-2 ha estado caminando por las calles y usando transportes porque usted y el doctor López-Gatell se aferraron a decir que usarlo daba “una falsa sensación de seguridad” y que ponérselo “no es indispensable”, a pesar de que toda —TODA— la comunidad científica mundial ha demostrado lo contrario.

6.- ¿Cuántas vidas se hubieran podido salvar si, además del quédate en casa y de la sana distancia, esos 17.8 millones de personas hubieran usado el cubrebocas? ¿Cuántas familias no hubieran quedado mutiladas, entre las más de 100 mil (el estadio Azteca lleno) que han perdido a sus seres queridos?

7.- Con diez vidas que se hubieran salvado hubiera valido la pena. Es más, con una sola vida salvada, con un padre, con una madre, con un hijo o un abuelo que no hubiera muerto hubiera valido la pena que usted promoviera contundentemente el uso de cubrebocas en todo momento. Usted pudo haber ordenado una agresiva campaña mediática, como la que llama a no usar drogas.

8.- Todavía puede hacerlo. Rectifique, mire los números: el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington estima que, para el 1º de abril, habrá 161 mil 578 muertes por Covid-19 en México (https://covid19.healthdata.org/mexico). En el peor de los casos, 173 mil 989. Pero, si al menos el 95% de la población usa cubrebocas, proyecta que podrían salvarse hasta 19 mil 769 vidas, al menos 7 mil 358. Ayude a los médicos y enfermeras que están exhaustos, ayude a salvar vidas.

9.- El jueves usted neceó, una vez más, en que no es indispensable usarlo, y este viernes NO lo recomendó en su decálogo para evitar el desastre que se nos puede venir este diciembre y enero. Es inadmisible que, 125 mil muertos después (defunciones estimadas por su propio gobierno), y pudiendo ayudar a salvar vidas, usted siga en lo mismo.

10.- El pueblo malo, el de los machos covidiotas que seguimos viendo en estos días en bodas, fiestas y centros comerciales, muchas veces lo ha citado a usted y a su doctor para negarse a usar cubrebocas y proteger a los demás: ahí están numerosos videos.

Sr. Presidente, voté por usted, pero sépalo: nos falló en el momento más importante, en medio de una letal y prolongada pandemia. Y por lo visto hoy, nos seguirá defraudando, con una actitud que linda en la negligencia criminal. La verdad…