Era 16 de diciembre. Al fin, luego de un extenuante año, llegaba la hora de la gozadera, el tiempo de las interminables posadas decembrinas que iniciaban justo ese viernes. ¡Qué maravilla! Todos se sentían ligeros de alma y cuerpo. Acicalados, unos andaban en sus motonetas y se paseaban por el Centro Histórico chilango, muy al estilo Colombia, trepados de dos en dos en sus ratonetas, para que a todos les quedara claro que el vato con gorra que iba sentado atrás llevaba una pistola enfundada en algún lado de sus ropas, y ya sabes, cuando se ocupa, jala el gatillo sin miramientos, carnal.

“Tú no eres una persona, eres un negocio”, narró alguna vez un hitman. Así, sin parpadear, cosificaba y sentenciaba a sus víctimas de secuestro.

Diciembre 16. Todos iban sonrientes y eufóricos porque recién, cuatro días antes, el lunes 12, durante los festejos de la Virgen de Guadalupe , habían sido absueltos de sus pecados: en su mundo, los curas, los sacerdotes, los padrecitos de barrios, colonias y manzanas, tal como reciben jugosos narco regalos navideños sin chistar, escuchan abundantes confesiones infernales y reparten generosas absoluciones.

Así que, “sin pecados concebidos” -reían unos, se carcajeaban otros- podían empezar ya a saborear los muchos frutos de su trabajo, aunque los patrones les habían advertido que no se perdieran del todo en bailes y antros porque todavía les quedaban once días más de jale. Y sí, porque casi todos los negocios generan sus mejores ganancias anuales durante las navidades.

Ni hablar, son días de hacer cuentas, cálculos, “contabilidad creativa” , como dicen sus patrones, y luego pasar a cobrar personalmente a cada negocio, o comprar teléfonos nuevos desechables y mandar mensajes de cobranza. Dinero fácil, rápido y garantizado, porque ningún vivales se atreve a alegar en esa temporada que no hay lana. Todos tienen algo que aportar para que sus changarros puedan seguir funcionando. Es el territorio salvaje del pisaje, del cobro de piso ante el cual nadie se rebela porque, mira carnal, suceden cosas. Qué le hacemos, la banda es culera.

Suceden cosas, la banda es culera. Levantones, madrizas, violaciones, negocios quemados , y en el peor de los casos, para los más necios, valientes o chivatos, plomo. Cajuela, cobija, motosierra, machete, cachitos. Lo que usted compre en el barato y variado mercado del sicariato. Ya sabe, se le brinda lo que usted requiera, siempre con el sello de la casa: con sangre, terror e impunidad garantizada.

De acuerdo al INEGI , a su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022, durante 2021 (todavía no están disponibles las cifras completas del año pasado), se cometieron en todo el país… ¡4.9 millones de delitos de extorsión! Cerrémoslo en cinco millones durante un año y haga usted cuentas: son 13 mil 698 casos por día, en promedio. Tenemos el equivalente a una división militar (entre 10 y 15 mil soldados) de extorsionadores regados por las calles cada día. En doce entidades la extorsión ya es el delito más frecuente (en 2020 lo fue en 11 estados).

El ascenso de este delito es notorio en seis años. Con datos hasta el 31 de diciembre del 2022 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, medida los casos de extorsión por cada 100 mil habitantes, había 4.68 extorsiones por cada 100 mil habitantes en 2016, y ahora hay 7.95, un aumento de ¡70%!

Medido este delito a través del número de víctimas por cada 100 mil habitantes, en aquel año (2016) había apenas 4.78 víctimas de extorsión por cada 100 mil habitantes y ahora tenemos 8.48, un crecimiento ¡de 77%!

¿Cuánto cuesta todo esto? De acuerdo a las estimaciones de la ENVIPE , las “pérdidas monetarias por victimización”, que son aquellas padecidas a consecuencia de haber sido víctima de uno a más delitos, así como “gastos a consecuencia de daños en la salud”, fueron de prácticamente dos mil millones de pesos ($1,999 millones).

¿Cuántos delitos se denuncian en México? En 2021, solo el 6.8%. Y en el caso de extorsión, ¿cuál es la cifra negra (los delitos no denunciados o donde no hubo carpeta de investigación)? Este delito ocupa el primer lugar nacional: en 2021 su cifra negra fue de 97.4%. Solo en 2.6% de los casos hubo carpeta de investigación. Reitero: impunidad garantizada.

Esta rentabilidad ha provocado que cada vez más células criminales hayan dejado de lado las sangrientas guerras narcas para reinventarse en su muy lucrativo y poco peligroso capitalismo de hamaca: sin riesgo de morir en enfrentamientos entre cárteles, o contra las fuerzas de seguridad, toda la semana se tiran a no hacer nada hasta que es día de pasar a saquear a sus víctimas, ya sea de forma presencial o virtual.

Por eso las extorsiones siguen creciendo y están fuera de control.

Pero qué tal la grilla de los gobernadores, la Jefa de Gobierno y el Presidente.

BAJO FONDO

México requiere urgentemente una estrategia nacional, con 32 vertientes estatales, es decir, con 32 grupos antiextorsión perfectamente capacitados que cuenten con tecnología de punta. Este es un delito, la extorsión, que sí se puede combatir porque es posible, con inteligencia, detener a quienes cobran piso presencialmente y también a quienes lo hacen de manera virtual. Es factible rastrear a quienes roban en cash en los negocios y a quienes lo hacen a través de transferencias que les exigen a sus víctimas.

Si el Presidente, las gobernadoras, los gobernadores y la Jefa de Gobierno no actúan, pronto tendremos un monstruo peor del que ya padecemos, con la sangría que este impuesto criminal que se masifica a pasos agigantados implica para negocios y familias.

No contener y reducir a los extorsionadores implicaría una falla adicional del Estado mexicano.

Perdón por distraerlos de sus grillas, señoras y señores políticos.

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