En los últimos años se ha observado una tendencia mundial hacia los temas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). Este enfoque ha motivado a las grandes empresas a adoptar las mejores prácticas y estándares de operación, buscando generar valor empresarial en equilibrio con la naturaleza, el entorno social y el liderazgo ejecutivo. Surge entonces la pregunta ¿Y cuáles son los resultados?
Un estudio realizado recientemente por la firma global de análisis de fondos de inversión Morningstar (Europa), contribuye a dar respuesta a la interrogante planteada, ya que reflejó que la mayoría de los fondos sostenibles (enfocados en medio ambiente y proyectos sociales) superaron a los no sostenibles en múltiples horizontes de tiempo (tres, cinco y diez años). En este estudio se observa que, durante el periodo de 10 años, que finalizó en el primer trimestre de 2020, 59% de los fondos sostenibles, en las categorías consideradas en el estudio referido, superaron a su contraparte tradicional. Con estos resultados, la siguiente interrogante es ¿cómo migrar hacia un enfoque ESG?
El Foro en Gobierno Corporativo de la Escuela de Derecho de la Universidad Harvard publicó el 20 de agosto de este año el artículo ‘El Rol del Consejo en el Liderazgo Sostenible’, en el que, como parte de un modelo de liderazgo sustentable, propone que la mentalidad de los líderes sostenibles considere que los negocios no son una actividad comercial separada del contexto social y ambiental en el que operan, y saben que deben considerar estos factores para lograr el éxito.
El estudio identificó cuatro atributos de los líderes sostenibles: pensamiento sistémico multinivel, inclusión (y no sólo manejo) de grupos de interés (stakeholders), innovación disruptiva y apuesta al largo plazo. El resultado arrojó también una hoja de ruta de 10 pasos hacia el progreso, que aborda la cultura del consejo, la gestión de riesgos y el propósito corporativo, y resalta la importancia entre otros aspectos, de: establecer una cultura impulsada por un propósito que analice los problemas a través de una lente de sostenibilidad; aplicar una perspectiva o enfoque de sustentabilidad a la toma de decisiones estratégicas; establecer metas y métricas claras para realizar un seguimiento de su progreso, y cambiar los modelos de compensación para tener en cuenta los objetivos de sostenibilidad.
Seguramente en los siguientes años observaremos la creación de leyes, regulaciones, estándares, normas y marcos de referencia al respecto; por lo que cada día resultará más importante para las empresas impulsar cambios en sus estructuras corporativas, roles, políticas, procesos, controles, métricas de desempeño y reportes, a fin de acceder a los beneficios derivados de la inversión en ESG e impulsar la creación de valor para la empresa, la sociedad y el entorno.
En la implantación de esta cultura de sostenibilidad será muy importante para las empresas trabajar con su principal capital, las personas, y para lograr el éxito esperado se requerirá de una correcta administración de los procesos de cambio. Al respecto, estudios realizados por Prosci, firma global líder en gestión del cambio, muestran que, en la medida que las organizaciones sean capaces de gestionar efectivamente el lado humano del cambio, se incrementarán hasta seis veces las probabilidades de éxito de sus iniciativas.
En el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) estamos comprometidos con esta propuesta de adopción y fortalecimiento de los temas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), por lo que continuaremos impulsando el liderazgo del pensamiento estratégico y sostenible que México necesita.
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