El Grito de Independencia es el momento más simbólico de la política mexicana. Las palabras, los movimientos, el vestuario, todo en su conjunto expresa la dirección y pensamiento del gobierno en turno. Sin importar las simpatizas o diferencias que se tengan con el gobierno la independencia de la patria es un momento de unidad donde se replican las loas y vítores por los héroes y las heroínas de nuestra patria. La centralidad del poder hace que quien encabeza el poder ejecutivo sea la figura relevante y en torno a la cual se posan las miradas de millones de personas.
El grito de independencia de Claudia Sheinbaum ha sido histórico por los símbolos que marcan un precedente en la historia política de nuestro país. Los elementos que se deben de destacar son:
La vestimenta, el color morado que utilizó habla de la lucha que las mujeres han sostenido por el reconocimiento de sus derechos. Refuerza una de sus ideas: “no llego sola, llegamos todas.” La sobriedad y austeridad de su atuendo es un llamado de atención a la clase política que vive en los excesos y lujos; es un contraste, también, con los miembros de su movimiento que han actuado contrario al discurso que los llevó al poder.

La guardia de honor en el cuadro de Leonora Vicario –quien actuaba como espía, recopilaba información sobre los movimientos militares y políticos del ejército realista. Publicaba sus informes en El Ilustrador Americano. Utilizó su fortuna personal para proporcionar dinero, armas, ropa y medicinas a los insurgentes– es un punto de partida para la reescritura de la historia.
En las arengas se destaca la presencia de las mujeres como pioneras y protagonistas del movimiento independentista. Se reescribe, de esta manera, la historia sacando del anonimato los nombres de ellas. A Josefa Ortiz se le quita el De Domínguez, se reconoce su identidad y personalidad, su propia historia: Josefa Ortiz Téllez Girón; se menciona a Leona Vicario; aparece el nombre de Gertrudis Bocanegra, mensajera y enlace entre comunidades de Michoacán, se le torturó y fusiló, conocida como “la heroína de Pátzcuaro”; Manuela Molina, “La capitana”, encabezó grupos de combatientes, organizó ofensivas; las heroínas anonimias, se sabe que hay nombres que no se conocerán, muchos fueron enterrados por el peso del machismo, pero el darles el mote de heroína es otorgarles un lugar que solo era considerado para los hombres; las mujeres indígenas, un grupo que históricamente ha sido relegado y discriminado, siendo que este sector encarna nuestro pasado profundo, nuestras raíces e historia, nos dice lo que somos y al reconocerlas hacemos nuestros sus valores y principios que tan necesarios son en nuestro tiempo.
El grito de la Presidenta menciona el momento histórico que se vive en materia internacional, al reconocer a los migrantes y recalcar el México libre, independiente y soberano se fortalece la política exterior y se refuerza la idea de la cooperación pero sin perder los ideales independentistas que fundaron nuestra nación.
Importante el grito: ¡Viva la democracia!, es un reto para la oposición que sustenta su discurso en hablar de una dictadura; y sobretodo, es la apertura al debate por la reforma electoral que se encuentra en marcha.
Claudia Sheinbaum tomó con fuerza la bandera. Entonó con seguridad las arengas. Eliminó los mueras de su grito. Reescribió desde el balcón de Palacio Nacional la historia nacional dándoles a las mujeres, para siempre, el lugar que solo una mujer, la primera mujer después de 215 de vida independiente, podría haberles dado.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…