Josefina Vázquez Mota

Maciel delincuente y promotor de la muerte

Josefina Vázquez Mota
25/08/2025 |05:26
Josefina Vázquez Mota
autor de OpiniónVer perfil

A las y los sobrevivientes de violencia sexual clerical y a quienes los acompañan





En abril del año 2010 publiqué una editorial sobre los crímenes sexuales cometidos por Marcial Maciel, que hasta ese momento se conocían, gracias a la valentía de sus víctimas.

Maciel había destruido sus vidas. Juntos decidieron romper el silencio y exigir justicia; que apoyados por el valor de periodistas que les abrieron sus micrófonos, pudieron denunciar lo que por décadas reprimieron.

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Hoy retomo párrafos de aquella publicación, del 2010, porque los pederastas religiosos siguen atacando, ahí está el líder de la Luz del Mundo, Naason Joaquín García.

“Maciel fue en gran medida un promotor de la muerte, de destruir la verdad, la confianza y la honestidad. Promovió con su pederastia la muerte de esperanzas, de pedazos de vida de quienes fueron presa de su perversión y maldad”.

“Marcial Maciel deberá ser visto y tratado como lo que fue: un delincuente al que sus sotanas y redes de poder no pueden ni deben exculpar o matizar sus aberraciones y terribles actos.”

“Los evangelios no dejan lugar a dudas: ‘más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños’”, fue lo que escribí ese año y sigo sosteniendo.

No soy partidaria de la venganza, pero sí de la justicia y la libertad. “Maciel promovió el sufrimiento y fue protagonista de esas muertes lentas de quienes abusó y no pudieron defenderse. No conforme con ello, torturó sus mentes y corazones al obligarlos a considerarlo ‘su padre’”.

Considero desde ese entonces que no bastaba con una carta de perdón, sino “mirar a los ojos a cada víctima y asumir la responsabilidad. Esas palabras sólo cobrarán vida cuando se enfrenten a cada menor o joven ultrajado por Maciel”.

Sigo creyendo que “deben perseguirse a los cómplices de Maciel”, aquellos que lo protegieron y sacaron rentabilidad de sus redes económicas y políticas.

Cuando escribí esas líneas muchos eventos no habían sucedido, pues años después el Vaticano y la propia Legión reconocieron abiertamente los delitos de Maciel, sin embargo, todavía hay sobrevivientes de él y de otros sacerdotes y religiosos, que han cometido violencia sexual en contra de menores de edad y siguen impunes.

En 2010 tampoco conocía los testimonios de Analu y de tantas y tantos sobrevivientes de violencia sexual, ni su dolor, sus miedos, sentimientos de culpa, revictimización y gritos de justicia, que en su gran mayoría, aún buscan respuestas.

Tal como lo escribí hace 15 años, reitero que en los Legionarios de Cristo trabajan personas comprometidas, con amor y entrega, que nada tienen que ver con los crímenes de Marcial Maciel y sus cómplices.

Pero mientras se encubra a un victimario y sigan pendientes los actos de justicia para las y los sobrevivientes, debemos alzar la voz y trabajar con urgencia para evitar que se destruyan más vidas y queden en libertad depredadores sexuales.

Hoy a diferencia de hace 15 años, finalmente tenemos una Ley por la que trabajamos todos los partidos políticos, para que estos crímenes de abuso sexual infantil no prescriban, y así as víctimas encuentren justicia sin importar los años que han pasado desde ese brutal ataque.

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