"Yo he soñado muchísimas veces con José, creo que casi diario, pero pocas veces me acuerdo con claridad de lo que sueño. Hace poco soñé que platicaba con él, yo sabía y estaba consciente en mi sueño de que ya no estaba. Yo le contaba todo lo que he pasado y le decía: ¿cómo ves?, fíjate que ya manejo, lo intenté con tu carro, pero no pude, así que me compré el mío. Él me contestaba, pero no puedo recordar que me decía", es lo que me plática Linda a un año de que falleció el doctor José Porras, a causa de Covid-19.

Mi solidaridad, reconocimiento y respaldo al Poder Judicial y al INE frente a los embates antidemocráticos.

José está por cumplir un año de fallecido en abril, hasta ahora el tema de la pensión no se resuelve, su esposa Linda se convirtió en jefa de familia y es parte de la lista de los miles de viudas y viudos que dejó y sigue dejando la Covid.

"Siempre lo sueño contento y en paz, algunas veces con sus clásicos enojos. Me gusta pensar que en realidad sí me visita, tal vez sea sólo nuestra mente quien lo crea. Pienso que Dios en su infinito amor nos permite comunicarnos de esa forma. Es frecuente, sobre todo cuando voy manejando, que sienta su presencia", cuenta la madre de Braulio y Sara.

El personal médico sigue sin estar vacunado, particularmente los que trabajan en el sector privado, diariamente exponen la urgencia de ser considerados como lo fueron los compañeros que trabajan para el sector público. Argumentan, y con justa razón, que el coronavirus no distingue entre lo público y lo privado, pues ataca por igual.

Actualmente son los residentes lo más desprotegidos en la cadena del personal de salud. Frente al Covid han trabajado sin descanso, con cero protección, realizando una heroica tarea en donde hay quienes también pierden la vida.

"Recientemente habríamos cumplido 14 años de casados. Lo más triste de todo es que damos por hecho muchas cosas, siempre se nos olvida que de un momento a otro podemos dejar de ver a las personas. Si hace un año, justo en estas fechas, me hubieran dicho lo que iba a pasar, hubiera disfrutado más cada instante", sostiene la también médico.

México suma según cifras oficiales 200 mil muertes por Covid, con estos datos ocupamos el tercer puesto a nivel mundial por decesos; y el decimotercer en contagios, hasta ayer sumaban más de 2 millones.

Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud resalta que México contabilizó 2 mil 996 decesos entre su personal sanitario hasta febrero, el primer lugar dentro de una lista de 18 países. La cifra registrada duplica la del segundo lugar ocupado por Estados Unidos con mil 347 defunciones.

"Sarita es la que me dice que ella quisiera soñar con su papi, pero nunca lo ha hecho", comenta Linda.

Hace exactamente un año en una reunión en el Senado con el subsecretario Hugo López Gatell, le externé: "estamos sumamente angustiados y esta preocupación crece día con día, si hay un mandato de la Constitución, si hay un marco legal y jurídico, mi pregunta es ¿por qué la resistencia a cumplirlo? Nosotros insistiremos en que el Consejo de Salubridad se instale porque ahí se escuchan las voces, pero asumir usted solo está responsabilidad, me parece gravísimo”.

Ese 18 de febrero de 2020, el vocero de la pandemia nos dijo en el seno de la Junta de Coordinación Política, que la cifra fallida sería de 60 mil muertos, hoy son 200 mil, sin contar que de acuerdo a otros científicos y expertos podrían sumar 500 mil, de acuerdo a lo que llaman "el exceso de mortalidad".

Ejercicio matemático tan simple que ha llevado a los expertos Arturo Erdely, Mario Romero y Laurianne Despeghel al convencimiento de que en México las muertes nunca bajaron a sus niveles de años “normales”, ni siquiera en los meses cuando parecía que los picos habían sido domados, como escribió la periodista Peniley Ramírez en este diario.

El destino de miles de viudas y sus familias es incierto y hasta hoy muy solitario. Son las viudas y viudos de las heroínas y héroes de bata blanca que hoy reconocemos en este artículo, y que junto a ellas y ellos hay más historias de tragedia y de dolor.

Los reconocimientos no bastan, pues a diferencia de otros sistemas públicos de salud las familias del personal sanitario están desprotegidas y no tienen seguros ni certezas.

Senadora de la República.

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