Después de dos años, el Presidente reconoció el desabasto de medicamentos y ordenó atenderlo sin excusas.
Desde 2019, en el Senado, el diario de debates registra las advertencias de senadores y senadoras sobre la falta de medicamentos, y que la estrategia de compra consolidada agravó cada día más el desabasto.
No suficiente, López Gatell se atrevió a decir que los reclamos de los padres de hijos con cáncer eran un “golpe de Estado”. Aún recuerdo su presencia en la Junta de Coordinación Política, el 17 de marzo de 2020, cuando con enorme arrogancia y soberbia afirmaba que no habría más de 60 mil fallecimientos por Covid, y lo único que disfrutaba era escucharse a si mismo mientras despreciaba cualquier pregunta, cuestionamiento o duda planteada.
En este espacio quiero hacer una crónica de las advertencias que senadores y senadoras hicimos sobre el desabasto.
Beatriz Paredes (PRI): ¿Qué hacer para transmitir la desolación de quienes no reciben el medicamento en el sistema de salud pública o de quienes se les suspendió el tratamiento en los grandes institutos de salud porque hubo decisiones precipitadas de concentrar adquisiciones o reducir presupuestos en áreas claves sin un diseño de transición que evitara la crisis?”. (1 de septiembre 2019).
Martha Cecilia Márquez (sin partido): “¿Por qué vamos a creer en el funcionamiento del nuevo Insabi, si el actual gobierno se ha dedicado con mucho esmero a agravar la crisis en el sector público de salud con escasez de medicamentos, falta de inversión, infraestructura hospitalaria y la reducción de personal médico?La incompetencia también es corrupción, y la incompetencia mata”. (19 de noviembre 2019).
Verónica Martínez (MC): “Desde los últimos meses de 2019 se ha presentado en el país un desabasto de medicamentos. Diversos sectores de la población se han visto afectados. El gobierno federal ha aducido que dicho desabasto es una implicación del combate frontal contra la corrupción, y que pronto se solucionaría, sólo que, independientemente del motivo, bajo ninguna circunstancia se puede sacrificar la salud de las y los mexicanos”. (10 de junio 2020)
Noemí Reynoso (PAN): “Las nuevas políticas públicas del gobierno cambiaron el esquema de licitación consolidada para la compra de medicamentos e insumos médicos para el sistema nacional de salud que incluye al IMSS, ISSSTE e Insabi. Nosotros lo advertimos desde el principio, que al momento de concentrar todas las compras en una sola dependencia, en la Oficialía Mayor, traería consecuencias muy delicadas. Desencadenó una crisis por falta de medicamentos”. (11 noviembre 2020).
Miguel Ángel Mancera (PRD): “Hoy no tenemos claridad sobre las cifras reales del desabasto, tampoco conocemos la exactitud o certidumbre de los indicadores que en diversas organizaciones se han elaborado. El cáncer en las niñas y en los niños debe ser una prioridad en la salud pública de México, son miles de vidas las que cobra al año”. (7 de julio 2021).
Manuel Añorve (PRI): “No podemos seguir pateando el bote y esperar que este problema desaparezca por sí sólo. Miles de mexicanas y mexicanos están padeciendo de muchas enfermedades y no encuentran respuesta con los medicamentos que requieren. Aquí se dijo en noviembre del 2019, que con el Insabi los medicamentos iban a llegar a todos los centros de salud, y hoy es todo lo contrario”. (7 de julio 2021).
Como lo dije en el pleno del Senado el pasado 12 de octubre, estoy convencida que la salud no tiene partido ni colores. Que la salud, hoy frente a esta pandemia que continúa, nos lleva a retos mayores de los que ya teníamos con antelación.
El desabasto no es un reto de "paciencia", sino de eficacia y eficiencia, de corregir urgentemente desde la Secretaría de Hacienda el sistema de compras de medicamentos y ejecutar por la vía legal las denuncias por corrupción, si es que las hay, en aquellos casos que lo ameriten.
Lo que no puede seguir sucediendo, es que sin cambios de fondo, caprichosamente se resuelva un desabasto que continúa costando vidas y cuyas consecuencias criminales deben parar. Cualquier otra decisión o regaño público en nada cambiará la realidad de miles de pacientes y de personal del sector salud sometidos a un cotidiano: "no tenemos esas medicinas". En lugar de salud, el sufrimiento e incluso la muerte, llenarán esa receta vacía.
