Esculpidas con precisión hasta el más mínimo detalle, las figuras del artista, dibujante, escritor, diseñador y empresario, Todd McFarlane no tienen paralelo en el mundo del diseño a escala y detalle. No hay prácticamente figuras que no se den en sus increíbles catálogos de héroes, malditos, monstruos, asesinos y figuras deportivas que abarcan el mundo del beisbol, NBA y estrellas de la NFL con quarterbacks prácticamente en todas sus modalidades históricas. El mundo de los juguetes de acción lo han vuelto millonario desde las singularidades de efigies retro, hasta los últimos aullidos y estertores del modelismo en estado puro e innovador.

A McFarlane, que ha hecho millones con sus diseños de figuras únicas, el rock no se le iba a escapar, sobre todo tratándose del imperio que es la McFarlane Toys, que le han hecho ganar dos premios Emmy, dos MTV Video Music Awards y muchos reconocimientos internacionales.

Su imperio abarca también el terreno de las publicaciones, como sus famosas series de Spawn y Haunt. Sin descuidar el cine de género, está el horror de los zombis de The walking dead, El despertar del diablo y otras más.

Sin embargo, uno de los mayores cultos que se le rinden es el de las figuras de estrellas y superestrellas del rock, donde han quedado mitificadas por sus imágenes clave, que abarcan prácticamente todo el mundo sonoro que se ha creado desde los Beatles a Kiss.

Justo ahora que Kiss se ha retirado de los escenarios es que sus figuras se han vuelto imprescindibles para los fans del cuarteto, aumentando su precio de valor de salida hace años, como algunas incunables figuras del cuarteto de Liverpool. Sin embargo, contra lo que pudiera pensarse, McFarlane, no se ha detenido en uno de los inventarios más bastos y rentables del rock corporativo.

Sus extraordinarias figuras de estrellas del rock se han multiplicado en el mundo del coleccionismo, con retratos rígidos o de vinilo suave como la serie de Kiss, The Starchild, que han dado muestra de versatilidad en sus diseños, como la cadena de funkos o las efigies de ocho pulgadas.

Todo el rock and roll, por así decirlo, quisiera ser inmortalizado en las figuras de McFarlane. Sin embargo, sólo los que han hecho algo más en el ambiente del rock han conseguido entrar a los coleccionables perdurables, como los de la serie de la banda de Jon Bon Jovi, Motörhead, los Psycho Circus de Kiss; los Ramones, el set completo de Metallica, las muchas dedicadas al punk-rock, como las de los Ramones, Guns N’ Roses, The Beatles, Yellow Submarine; la serie de Guitar Hero, las Bust Statue de Kiss o sus Ultra Figures. En el terreno de las más cotizadas, son las variantes de Elvis Presley, en varias modalidades como las de Las Vegas, el Aloha 7, la de Jailhouse Rock, Blue Hawaii Rock y su Regreso en el 68.

No podrían faltar las históricas como las de Janis que, como otras cotizan de acuerdo a su estado: nuevas, abiertas, cerradas, con sets raros, vintage o con bonus o variantes, como las de Alice Cooper, The Doors y los muy valorados Kiss Alive, con aditamentos alucinantes. Si los ven, no duden en comprarlos, valen su peso en oro.

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