Hace mucho tiempo, cuando los VHS eran la ley de la selva en pañales digitales y nadie imaginaba su poderío en formato casero, antes del DVD y el Blu-ray, el documentalista Billy Corben rodó un par de documentales que se exhibían como parte del clandestinaje que, de vez en cuando, pasaba en la tele. Los bucaneros de ese entonces volvieron de culto al maldito-bendito polvo blanco en la dupla "Cocaine cowboys", que transitó libremente por el Barrio Bravo y el tianguis cultural del Chopo, porque también, la droga es cultura.

Miami era el escenario de cómo ese territorio soleado se convirtió en la capital de la cocaína a principios de la década de los años 80. Los buenos y malos, traficantes y policías, cambiaron el rumbo del crimen, y una mujer, Griselda Blanco Restrepo, tomó las riendas del floreciente negocio.

Años después, en las turbulentas épocas de los barones de la droga y el asesinato intimidatorio, Corben filmó muchas entrevistas y las combinó con imágenes de archivo para contar otra historia de mayoreo y menudeo del polvo blanco que generaba millones de dólares, y sus principales cabecillas quedaron expuestos.

A la par de documentales ("Cocaine cowboys I y II") habría que sumar uno más: "Cocaine cowboys reloaded", realizado en 20141 con los protagonistas verdaderos y esenciales hasta que, en enero pasado, la santa patrona del oficio de traficar y vender al mejor postor, Griselda Blanco, llegó a la plataforma de paga de Netflix en una miniserie de seis episodios con una nueva historia de plomo, plata y asesinatos jamás contada, donde Griselda Blanco es interpretada por la bella Sofía Vergara, todo lo contrario a la Griselda original, que era fea y temible de dar miedo. Bueno, se dice que, hasta al Patrón del Mal, Pablo Escobar, se le cuadraba.

Doug Miro, el creador de la miniserie, ha cuidado todos los detalles de la historia de esta abnegada madre de tres hijos, a uno de los cuales le puso por nombre Michael Corleone, que también ha sido históricamente conocida como “La viuda negra” o “La madrina de la coca”.

Sus habilidades como bateadora emergente también están gráficamente expuestas cuando un pasado de lanza se atreve a robarle un ladrillo de nieve de la buena. Su transición de mujer emprendedora como desvalida es seguida hasta que se encumbra en el negocio de Doña Blanca, teniendo como fondo un esmerado ritmo dramático, tenso, violento y depredador.

Todos quieren con esta reina de los capos, pero pocos pueden. La sexy actriz de "Modern family" se descara en la pantalla y se adueña de la situación, muchas veces bat en mano y otra metralleta para esclarecer situaciones de oscuridad y violencia, no importando que haya desigualdad y a veces falle el ritmo en cuestiones de manejo de humor negro.

Hubiera sido de lo mejor ver morir a los infumables hermanos Ochoa, pesados y prepotentes, pero no se puede dar todo. Ni la otra Griselda cinematográfica (Zeta Jones) en la cinta de Guillermo Navarro, “Cocaine Godmother”, lo logró. La vida de la original reina del polvo prohibido pero permitido murió acribillada en su natal Medellín, Colombia, el 3 de septiembre de 2012 en un ajuste de cuentas. Dos disparos en una carnicería acabaron con su vida pecadora pero sabrosa.

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