El cine institucional que ofrecen las plataformas, que defienden a capa y espada el cine familiar y anodino, mientras combaten las historias de violencia y crímenes reales o imaginarios, verdaderamente deja mucho que desear. Por eso, los que buscan la violencia, las rarezas y el abanico de posibilidades que todavía ofrecen los discos clandestinos, siguen teniendo éxito. Los lugares de costumbre se han vuelto recintos de culto para ese otro cine que no está en las tribunas del buen o mal gusto. Su clientela ya se la sabe, por eso acude a esos sitios en busca de estrenos y novedades a precios de risa loca.

Hay de todo: desde películas premiadas en los grandes festivales, hasta galardonadas con Oscares, Globos de Oro, Batfas, Goyas, Palmas de Oro y demás en buenos filmes con tópicos informales, thrillers inimaginables, estertores de horror antiguo y moderno, miedos difíciles de explicar, comedias negras, westerns modernos, rock y sus derivados, dramas psicológicos, animación, cine de autor, documentales, investigaciones temáticas seriadas y, en fin, muchas películas inimaginables que sólo el colectivo enterado busca afanosamente en los lugares de costumbre. Con una visita cada 15 días es más que suficiente para ir al día.

Un saldo reciente pone al alcance del comprador la nueva de Woody Allen, “Golpe de suerte” (2023), un tópico de combinación de comedias de amor del año pasado. También está el reciente filme de Aki Kaurismaki, “Hojas de Otoño” (2023), sobre el encuentro de dos personas solitarias y profundamente tristes. No falta la reciente cinta “EO” de Jerzy Skolimowski (2022), un increíble drama animal protagonizado por un asno. Justine Triest dirige el thriller dramático “Anatomía de una caída” (2023), tomada prestada de la programación de la Cineteca Nacional.

En el terreno de la animación y la imaginería europea, se consigue “No se admiten perros ni italianos” (“Interditt Aux Chiens et Aux Italiens”), de 2022, con la técnica de figuras de plastilina animada en una historia de amor, cariño y dolor. “Tár” (2022), de Todd Field, se basa en la vida de la famosa Lydia Tár, a unos días de grabar la sinfonía que la llevará a la estratosfera de la gloria, contra todo mal pronóstico.

No podía faltar el rocanrol en esta ensalada cinematográfica, donde tienen cabida el rockumental de Andreas Sahistrom, “Oi Polloi: The movie”, que retrata la escena anarco-punk, y “Slave to the grind”, sobre la intensidad y agresividad del rock más veloz que se practica en el orbe: el grindcore; y la película documental sobre la revolución setentera que ocurrió en la isla: “El caso padilla”, de Pavel Giroud, que documenta uno de los episodios más tenebrosos y perturbadores acontecidos en Cuba.

En la tenebra de esos sacrosantos lugares de cine internacional, también hay espacios dedicados al cine asiático en sus aspectos más violentos actuales e históricamente, se puede conseguir también el cine de acción de Hong Kong de maestros como John Woo, Ringo Lam y Tsiu Hark. Honor, plomo y estirpe de un cine que sentó las bases de la actual violencia e intimidación sangrienta que se filma hoy.

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