Firme convicción del presente régimen transformador es regresar a los postulados de la política exterior que guiaron el periodo de esplendor de México, honrando principalmente los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. AMLO ha machacado que la mejor política exterior es la política interior, no ser candil de la calle y oscuridad de la casa, y “procurar no pelear con ningún gobierno extranjero y mantener una política de respeto y amistad con otras naciones”.

Sin embargo, a lo largo del sexenio nos hemos visto implicados en distintos eventos internacionales contrarios a la política exterior trazada. En 2019 AMLO remitió una carta al rey de España, Felipe VI, instándolo a reconocer los atropellos cometidos durante la conquista, pidiendo una disculpa por ellos. La única reacción oficial a la misiva fue un comunicado del gobierno español lamentando profundamente la carta enviada al rey, rechazando rotundamente su contenido. Como corolario, López Obrador puso “en pausa” las relaciones con España.

En noviembre 2019 el gobierno mexicano envió a Bolivia un avión específicamente para traer y otorgarle asilo político a Evo Morales, luego de que éste renunciara a la presidencia, denunciando ser víctima de un “golpe cívico, político y policial”. Evo fue recibido efusivamente en el hangar presidencial por el canciller Ebrard para luego ser distinguido como “huésped distinguido de la CDMX por Claudia Sheinbaum, Evo es nuestro hermano exclamó López Obrador. En consecuencia, la presidenta interina de Bolivia declaró non grata a la embajadora de México.

En diciembre 2022 el presidente populista de Perú, Pedro Castillo, intentó un autogolpe de Estado, pretendiendo instalar un gobierno de excepción. Castillo fue destituido y detenido, acusado de rebelión, siendo reemplazado por la vicepresidenta Dina Boluarte. El presidente de México se solidarizó con el depuesto Castillo, refiriéndose a Boluarte como espuria, recriminando a la OEA no interceder por Castillo. En mayo 2023 el parlamento andino calificó al presidente López Obrador de “persona non grata, consecuencia de su constante injerencia, al tiempo que AMLO “puso en pausa” las relaciones de México- Perú.

Polémicas declaraciones vertidas por AMLO nos han contrapuesto con diversos países del continente, como Argentina, Colombia, Panamá y Salvador, sin embargo, mención especial merece el actual conflicto con Ecuador. López Obrador en pasada mañanera se refirió a las recientes elecciones en Ecuador, declarando que el hoy presidente Daniel Noboa se benefició del asesinato del aventajado candidato Fernando Villavicencio, ultimado a tiros por el crimen organizado. En respuesta Noboa declaró persona non grata a la embajadora de México en Quito, Raquel Serur. Acto seguido, México le concedió asilo político al exvicepresidente Jorge Glas, refugiado en dicha embajada desde el pasado diciembre. Noboa reaccionó visceralmente enviando de manera insólita a allanar la embajada y apresar a Glas, argumentando que no se trata de un refugiado político, sino de un delincuente sentenciado, involucrado en graves crímenes. No existe antecedente de allanamiento de embajada alguna desde la Convención de Viena de 1961. La comunidad internacional unánimemente condena dicho asalto y seguramente la Corte Internacional de la Haya se pronunciará a favor de México. Nada fácil resulta procurar no pelear con ningún gobierno extranjero en un clima de respeto con las demás naciones.

Analista

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