Hoy día son cinco los frentes que más acosan al gobierno de la república tendiéndole en torno un marco de tensiones que se conectan jalándose entre sí y que a medida que el tiempo transcurre su presión agregada será mayor sobre El.

Primero. En lo económico el cero crecimiento y la tendencia recesiva significa apenas la punta de un iceberg que contiene la caída de la recaudación, la coyuntura petrolera, el desliz del tipo de cambio, la obligada baja de la tasa de interés, la disminución de la inversión, la amenaza de la inflación y el desempleo y la preocupación e incertidumbre que retroalimenta negativamente este ciclo sombrío.

Segundo. En materia de seguridad la imposibilidad de revertir las tendencias delincuenciales, la continuidad de la inseguridad en amplias zonas del territorio, la sobrevivencia y hasta el fortalecimiento de cárteles , bandas y banduchas, el incremento de la demanda poblacional presionando por una clara rectificación en la política anticrimen con la clara activación pública de la presión feminista contra el feminicidio y conexos.

Tercero. En la relación bilateral con los Estados Unidos, léase Trump, quién acabó imponiendo su muro anti inmigrante con cargo al presupuesto nacional abriendo Su canal para ejercer las otras presiones que a su ruta releccionista convenga.

Cuarto. La problemática generada por la reestructuración del sector salud para cumplir con el compromiso constitucional de brindar a Toda La Población servicios de salud gratuitos en los tres niveles, medicinas y materiales de curación incluidos, vía una nueva articulación del IMSS, el ISSSTE y el debutante Instituto Nacional para la Salud y el Bienestar, INSABI. El surgimiento de la pandemia Coronavirus 19 viene a formarse en este flanco como un añadido sorpresivo e indeseable, un reto imprevisto nada fácil de sortear.

Quinto. La imprescindible rearticulación de MORENA en lo que sea o se parezca a un partido político para contender en las retos electorales locales y federales cuyas fechas son fijas y cada vez más próximas.

En tratándose de un gobierno marcadamente unipersonal, carismático, voluntarista, desafiante y polarizador, las crecientes presiones desde estos cinco flancos se convierten en retos personales que el Presidente López Obrador ha propiciado y casi esculpido en sus detalles, complicaciones y filosos ángulos. Así avanza sobre el décimo sexto mes de su mandato, a ocho meses de sobrepasar los dos años de su ascenso al poder y a quince de las elecciones intermedias.

Por su parte la oposición formal e informal; nominal, ubicua o anónima, constituida por partidos políticos, grupos de poder, organismos empresariales, sindicales y/o conexos y medios o cuartos de comunicación se muestra en su mayor parte retraída, atenta, calculadora y expectante pendiente de las reacciones y los reflejos del régimen que avanza en medio del cada vez mas estrecho foso delimitado por las aristas de los cinco flancos mencionados preguntándose a tarde, moda y noche si el presidente de la Cuarta Trasformación rectificara o ratificara, amainará o acelerará en su ruta a la elección intermedia, en su camino a la fecha de la posible encuesta de la Revocación del Mandato en la orientación y paso con que planea y determine llegar a la selección de su candidato o candidata a sucederlo.

Pareciera que la casual o conjunta estrategia de la oposición consistiese en dejar, hasta cumplidos los dos años del mandato, que las presiones que actualmente acosan al régimen y a su presidente obren sobre el curso de los acontecimientos produciendo el desgaste del caso, dando tiempo y ocasión para definir sus posiciones en los primeros meses del año electoral 2021.

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