A principios de los años 70, se hizo famosa una frase atribuida al Presidente Luis Echeverría, “la economía ahora se maneja desde Los Pinos”. Esto puso fin a un periodo conocido como el “Desarrollo Estabilizador”, que enmarcó una época que duró varios sexenios en los que se logró combinar crecimiento económico con baja inflación y estabilidad cambiaria. Echeverría, confiado en una supuesta pericia económica, decidió expandir el gasto público a niveles insostenibles, lo que trajo como consecuencia una terrible crisis económica en la etapa final de su sexenio. Su sucesor, José López Portillo, siguió por el mismo camino y México terminó pagando un altísimo costo al final de su mandato en 1982, sumido en una crisis de la que el país tardó más de una década en reponerse.

Una de las principales pérdidas de esas crisis de los 70 y principios de los 80, fue la credibilidad en la política económica de nuestro país. Credibilidad que, por cierto, se fue recuperando poco a poco a lo largo de tres décadas.

Si bien es cierto que el crecimiento de nuestra economía en términos del PIB ha sido pobre (2% anual en promedio en los tres anteriores sexenios), también es cierto que gracias al manejo responsable de las finanzas públicas, en el ámbito internacional se fue generando un ambiente de confianza en el futuro de nuestro país.

Hoy, la credibilidad de la política económica de México está en riesgo por las decisiones tomadas por el Presidente López Obrador. La cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, en Texcoco, asestó un duro golpe a la economía y sobre todo a la confianza de los inversionistas de dentro y de fuera de nuestro país. Pero no es solo el aeropuerto. La refinería que se está construyendo en Dos Bocas es, en los tiempos actuales, un verdadero despropósito. Lo mismo podemos decir del denominado Tren Maya, de los fideicomisos, y de la forma en que se han gastado los recursos acumulados en los fondos de estabilización. Y, lo que resulta más preocupante, es que pareciera ser que decisiones que afectan la economía y la credibilidad de nuestro país, están siendo tomadas por una sola persona, como cuando la economía se manejaba desde Los Pinos.

La terrible crisis que se está viviendo en todo el mundo debido a la pandemia provocada por el Covid-19, que en nuestro país provocará una caída de nuestra economía (según han pronosticado los expertos) de alrededor de 10 puntos del PIB, sólo en 2020, se ve agravada por las malas decisiones tomadas por el Presidente.

A todo esto, muchos nos preguntamos qué está haciendo el Congreso. Durante décadas hemos luchado por tener un Congreso independiente: llegó la hora de que asuma un nuevo nivel de responsabilidad con México. En este momento, en el que se discute el Paquete Económico del 2021, los legisladores deben hacerle entender al Presidente que es momento de aceptar limitaciones a su plan original y de intentar algo nuevo. El Congreso tiene que fortalecer su postura de contrapeso efectivo del Ejecutivo. México enfrenta una profunda crisis que puede y debe convertirse en un catalizador de cambios profundos. Es la hora del Congreso.

Abogado. @jglezmorfin

Google News

TEMAS RELACIONADOS