La semana pasada estuvo marcada por la difusión de videos en los que se muestran escandalosos actos de corrupción. En dos de ellos, aparecen actores de distintos partidos políticos recibiendo enormes cantidades de dinero en efectivo. Los hechos dados a conocer demuestran que redes de corrupción e impunidad invaden al país y que estamos lejos de vivir en un verdadero estado de Derecho. Los casos son de tal magnitud y descaro que han indignado, con justificada razón a toda la sociedad. Además, el daño que se ha causado a la imagen de México más allá de nuestras fronteras es incalculable. Lo que estamos viviendo representa una gran oportunidad para que la Fiscalía General de la República (FGR) demuestre su autonomía, que quedó consagrada en nuestra Constitución.

La corrupción ha alcanzado y rebasado en la mayoría de las encuestas a la inseguridad como uno de los principales problemas de México en opinión de los ciudadanos. El discurso político rumbo a las elecciones del año próximo ha girado en torno a la corrupción como una mancha que salpica a todos los partidos y a todos los candidatos. Tenemos como país un reto mayúsculo: erradicar las prácticas que debilitan el funcionamiento de la sociedad en su conjunto, y en especial, de nuestras instituciones de gobierno. Ante este desafío, no podemos permitir la apatía de nuestras autoridades. Nos hemos dado una Fiscalía independiente con amplias capacidades para perseguir los delitos relacionados con actos de corrupción. Es momento de que la FGR actúe sin tintes partidistas, para que lo mismo los servidores públicos que los particulares que participaron en los actos de corrupción que salieron a la luz pública y que tanto daño han causado a la sociedad, reciban el castigo que se merecen.

Me llama mucho la atención, que la FGR que debería tener bajo resguardo uno de los videos (suponiendo que fuera auténtico), subido clandestinamente a la red, no ha dicho hasta el momento nada al respecto. La FGR está obligada a actuar sin la interferencia del poder político. Si la declaración de Lozoya sólo se utiliza políticamente, se habrá perdido una gran oportunidad de dar un duro golpe a la corrupción.

El presidente López Obrador ha tomado como bandera el tema de la lucha en contra de la corrupción. ¿Es sólo discurso? ¿Es sólo para golpear a la oposición? Ahora que se ha visto involucrado un integrante de su familia, tiene la oportunidad de demostrar que el combate a la corrupción no es solamente un tema de discurso sino que, en verdad, quiere terminar con la impunidad. La corrupción y la impunidad han impuesto a nuestro país un enorme costo social y han erosionado la confianza de la gente en las capacidades de sus gobiernos, desgastando cada vez más nuestro régimen institucional.

México, como el resto del mundo, está pasando por un momento complicado. La crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19 ha traído aparejada una terrible crisis económica de efectos aún incalculables. El tema de los videos representa una buena oportunidad para que la FGR, con independencia y apego a la legalidad, deje muy claro hasta dónde está dispuesta a llegar en la lucha contra la corrupción.

Abogado. @jglezmorfin

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