Por lo que escuchamos en el informe del pasado domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido ir a contracorriente del resto del mundo en la gestión de la epidemia provocada por el Covid-19, por lo menos por lo que toca a la parte económica no va a cambiar su estrategia, más de lo mismo respecto a sus programas asistenciales y cero medidas fiscales. No cree necesario hacer cambios, la crisis es transitoria y “triunfaremos”.

Todos los días y a todas horas leemos y escuchamos una enorme cantidad de críticas a la forma y las medidas con que nuestro gobierno está combatiendo la pandemia que afecta al mundo entero. El gobierno, por su parte, defiende a capa y espada lo que está haciendo. La polarización, con el apoyo de las redes sociales, está a todo lo que da. Creo, sinceramente, que en este momento no tenemos todos los elementos para saber quién tiene la razón, no todos los países han actuado de la misma manera o han aplicado las mismas medidas para combatir la epidemia. Pero lo que sí es cierto es que la gestión de la emergencia que vivimos le corresponde por completo al gobierno. Traigo nuevamente a colación lo que decía hace tres semanas Jean Marc Gabastou, representante en México de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Las lecciones llegarán cuando acabe la epidemia. Entonces cada país o institución, hará su evaluación de las medidas que fueron favorables y las brechas que habrá que corregir en el futuro”.

Hace unos días, el 3 de abril para ser exacto, Felipe González, quien fuera presidente del gobierno de España y quien goza de un enorme prestigio a nivel internacional, publicó en el diario El País, un artículo titulado “El interés general y el papel del Estado”, https://elpais.com/elpais/2020/04/03/opinion/1585930532_665409.html que me parece verdaderamente relevante para comprender mejor la crisis que vive la humanidad y qué es lo que nos corresponde hacer. Cito solamente un párrafo del mismo con objeto de motivar su lectura completa: “El interés general nos obliga a combatir la pandemia para preservar la salud de los ciudadanos, con todos los medios disponibles, públicos y privados, es una prioridad absoluta; y ese mismo interés general nos obliga a defender nuestro aparato productivo sin escatimar esfuerzos, para mantener el empleo y la recuperación de la actividad plena de nuestras empresas lo antes posible”.

México, como el resto del mundo, enfrenta un enorme desafío, que atraviesa transversalmente tanto el ámbito de la salud de la población como el ámbito de nuestra economía. No es momento de buscar culpables, es momento de sumar esfuerzos.

La crisis no es responsabilidad de AMLO. La pandemia, como todos sabemos no se inició en México. La guerra del petróleo que ha traído el desplome de los precios, es responsabilidad principalmente de Arabia Saudita y Rusia, que luchan por el control del mercado petrolero. Lo que sí es responsabilidad de su gobierno es tratar de evitar que los daños a la salud y a la economía sean mayores.

Ante dos visiones tan diametralmente opuestas, la del presidente López Obrador y sus funcionarios en materia de salud, y, la de los partidos de oposición que comparten muchos otros liderazgos, lo deseable sería que, por lo menos, se abra un espacio a la comprensión y a la tolerancia por parte de todos. Creo que es momento de que el Presidente de la República convoque a todas las fuerzas políticas y sociales, a un gran acuerdo nacional. En el complicado proceso de gestión de la crisis que está llevando el gobierno, lo ideal, es que cuente con el apoyo de todos. Esto se puede lograr, si hay un gesto de buena disposición del gobierno. Sólo con solidaridad y con unidad podremos aminorar los costos que, sin lugar a dudas, vamos a tener que pagar.


Abogado. @jglezmorfin

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