Con respecto a las elecciones presidenciales en Bolivia, los sondeos dan como favoritos a Samuel Doria y al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, ambos representan una de las alas derechistas del país andino. Como sabemos, Bolivia ha sido gobernada desde hace casi 20 años por el Movimiento al Socialismo (MAS), salvo el breve período en que gobernó Jeanine Añez, después del golpe de Estado a Evo Morales en noviembre de 2019. Momento, en el que, por cierto, la Embajada de México en Bolivia, bajo la titularidad de la Embajadora María Teresa Mercado Pérez, hoy subsecretaria del Ramo, tuvo un papel extraordinario y Morales, pudo volar a México y de allí salir exiliado a Argentina.
Con mi colega experta en temas de integración latinoamericana, consideramos importante traer a cuenta, un contexto similar, sucedido en las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo pasado. En 1941 se fundó el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). En 1952, este movimiento en plena guerra fría, triunfó en lo que se conoce como la Revolución de 1952 y el MNR llegó al máximo poder político de ese país. Se habla que algunos de sus postulados; reforma agraria, políticas nacionalistas, reivindicación del indigenismo, se inspiraron en la revolución mexicana, que para ese momento llevaba una larga andadura.
Cabe destacar, que el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) tuvo dos figuras políticas de alto calado. Víctor Paz Estensoro y Hernán Siles Suazo, ambos gobernaron entre 1952 y el fatídico 1964, considerando que entre 1963 y 1964, hubo golpes de Estado en Bolivia, República Dominicana, Guatemala, Honduras y Brasil. A partir de 1964, Bolivia, como la mayor parte del cono sur, experimentó dictaduras que generaron exilios de sus opositores, hasta la reconversión a la democracia ya en la década de 1980. Un capítulo negro en la historia de Bolivia durante la guerra fría, fue el asesinato Ernesto el “Che” Guevara, en octubre de 1967.
Pero regresando al Movimiento al Socialismo recordemos, que este llevó a la presidencia de ese país a Evo Morales y a Luis Arce, ambos líderes bolivianos, ahora visiblemente distanciados. Esa crisis interna, nos lleva a considerar la posibilidad, de que Bolivia podría ser gobernada nuevamente por una tendencia opuesta al MAS. Todo hace indicar que el 17 de octubre habría una segunda vuelta electoral que enfrentaría a Doria y a “Tuto” Quiroga, quien por cierto fue presidente entre 2001 y 2002. Ante estos elementos, en Bolivia se establecería un modelo distante de los proyectos del Movimiento al Socialismo. Un Movimiento, liderado en un primer momento por Morales, y que llamó poderosamente la atención del resto de los proyectos progresistas que se instalaron en el sur global, reconocidos como la “ola rosa” progresista latinoamericana.
Con las elecciones en Bolivia, el mapa del progresismo en la región se complica. En noviembre próximo estaremos expectantes de las elecciones en Chile y en Honduras. Veremos los resultados de ambas jornadas, de cara a ver como inicia el 2026 ante las nuevas agendas de integración y cooperación latinoamericanas.
CIALC UNAM






