Los dispositivos móviles, las redes sociales, etcétera, imponen conductas a seguir o fomentan escapes de la realidad. Tal situación invita a hacer un examen novedoso, si se le ubica en un terreno como el del cine de animación.

Por ello, “Ron da error” (2021), filme escrito por el experto en comedia de todo calibre Peter Baynham (célebre por Borat), y Sarah Smith, que ésta codirige con los prácticamente debutantes Jean-Philippe Vine & Octavio E. Rodríguez, es de las más interesantes producciones animadas recientes.

El socialmente torpe adolescente Barney recibe de regalo un aparato. Se llama Ron; su función es ser “el mejor amigo”, como se comercializa. Funciona con tecnología de punta y claro, está de moda.

La relación humano-máquina es presentada como interacción de consumo: todos tienen un B-Bot. Pero Ron es de verdad especial. Tan disfuncional como Barney. En una sociedad intolerante con las fallas humanas, la existencia de un “error” en Ron es gravísimo.

Esto plantea una interesante interpretación sobre la relación máquina-humano. Una tierna versión infantil de “Terminator 2” (1992, Cameron). El asunto es que el humor de Smith & Baynham hace que la película funcione como relato precautorio sobre la omnipresencia tecnocrática (la computadora juguetona que medio se humaniza es pura ilusión: un Pinocho digital imperfecto, al que le falta justo humanidad); y como comedia de enredos con pareja muy dispareja, que sobrevive gracias a su fe en la amistad.

El estilo del dibujo, elegante y distintivo —con que se aborda la desmesura de, por ejemplo, las redes sociales, y que narra con humor cómo aguantar la inevitable situación de tener un “error”—, se debe a la frescura de un nuevo estudio, Locksmith Animation, formado con buenos exempleados de Aardman & Pixar. El resultado es una entretenida película animada, con filo crítico hacia la inteligencia artificial. Lo que es todo un espectáculo.

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